LA CAÑA DEL PITO

La frontera del Carnaval

En este bufé libre de la expresión y la denuncia siempre hay un camarero gruñón que dice «sólo dos cuplés por persona»

Por  7:39 h.

Ponerle puertas al campo siempre fue una ingrata tarea por muchos motivos. El fundamental es que en el campo hay mosquitos, y vacas, y llueve, y es un fastidio tener que estar bregando con estructuras metálicas cuando el Lorenzo aprieta o la lluvia amenaza. La otra razón es lo inútil de la tarea. Se puede vallar un campo (o una frontera) pero la hierba siempre hará por pasar al otro lado. Y los caracoles. Y las personas.

¿A qué viene esta introducción bucólico-pastoril? A que, en el Carnaval, muchos son los que quieren poner puertas al campo de la libertad de expresión. En no pocas veces se oye «deberían bajarle el telón», «con eso no se puede venir» o la más utilizada «en el Falla no hay sitio para este tipo de letras». En este bufé libre de la expresión y la denuncia siempre hay un camarero gruñón que dice «sólo dos cuplés por persona» o «darle caña a determinado colectivo lleva un suplemento». El director de la comparsa ‘Los culpables’, Francisco Javier Cuevas, lo expresó a la perfección cuando le preguntaron por la polémica de la agrupación que trajo al Falla hace un par de años y que dedicó a Sevilla su repertorio: «Yo pago la inscripción y digo lo que me da la gana». Porque eso es, en esencia, la gracia del Carnaval: que cada uno cante lo que le dé la gana. ¿Por qué hay escándalo cuando se le canta a Sevilla y no cuando se le canta a El Puerto? ¿Cabría la crítica a un pasodoble escrito con la maestría de ‘Me han dicho que el amarillo’ pero dedicado al Club Atlético Osasuna?

De la comparsa ‘Los fieles’ se criticó un pasodoble sobre la utilización torticera de la ley contra la violencia de género. En el debate, muchos condenaban que se emplearan las tablas del Falla para lanzar este tipo de mensajes ¿Y cuál es el límite? El buen gusto. Pocas cosas más subjetivas que eso. La chirigota ‘Los que sufren por gusto’ fue denostada por su ctemática sadomasoquista; sin embargo, algunos locos los tenemos como maestros y mentores. Otro límite podría ser el cumplimiento de la ley. Pero, ¿no sería eso darle la razón a los que abusaron de la Prevención? ¿Podría entonces prohibirse cantar contra la Ley Mordaza o cuestionar la Monarquía? ¿Qué podemos hacer si ‘El califato llega pa rato’ cumple el reglamento pero hace una defensa de Al Queda? Ponerle mala nota en el jurado de LA VOZ y no comprar la cinta en El Melli. Poco más.