OPINIÓN

EL JURADO SÍ QUE ESCUCHA

Por  2:47 h.

 

Qué injustos son aquellos que aseguran que el jurado no escuchó nada en preliminares! ¿Que no? Por favor. Anduvieron bien atentos a todas las presentaciones. A todas, a las de Eduardo Bablé, presentador de sala, cuando refería el nombre del autor. A partir de ahí el trabajo quedaba hecho, para qué más.

El pataleo de cada año tras la noche de los ‘babuchasos’ largos ha sido menor esta vez. Ninguno de los ‘grandes’ ha alzado la voz. Ninguno. Estaban todos de acuerdo con el veredicto, y es que ninguno de ellos se ha quedado fuera. Qué buenos son que año tras año se mantienen o superan. O a lo peor no. Ah, y en caso de duda, que pasen las que ya estuvieron en cuartos el año pasado.

He aquí la principal razón de la ínfima calidad del peor Concurso que yo recuerdo, y eso incluye al menos dos décadas. Las preliminares han resultado catastróficas, letales para el espectador asiduo. Y es que no hay motivos para esforzarse. A los autores reconocidos les basta y sobra con firmar la obra con su nombre para asegurarse la clasificación. Y los nuevos, cada vez más desmotivados por la inexistencia de un hueco para ellos, se remiten a igualar a sus referencias con escaso tino o se estrellan si arriesgan porque la innnovación, mal que les pese, solo se les permite a los consagrados.

La resaca que deja el jurado edición tras edición con sus fallos se traduce en el mínimo ingenio para abordar las letras. El pasodoble a Marta del Castillo, Cayetano y políticos catalanes y los cuplés a Urdangarín, la Duquesa de Alba y Agustín Bravo se pagan a 1,05 en ‘bwin’, pero con muchos puntos en la evaluación de los vocales del COAC. Hasta sobran estos seis días de cuartos, pues sería facilísimo emitir ahora el listado de los que estarán en ‘semis’: los mismos del año pasado, con residuales excepciones, si las hay. ¿Jurado clásico o moderno? Eso da igual, el criterio ya está marcado. Por eso ya somos muchos los que suspiramos por un cambio necesario en el Carnaval: una semana de Concurso y un mes en la calle. El hígado sufrirá pero al menos descansarán los oídos.