OPINIÓN

DONDE HAY PATRÓN…

Por  2:34 h.

 

Si hablamos de Carnaval y si nos referimos al Patronato, me van a permitir que cambie el refrán y que afirme que sí, deberían mandar los marineros o al menos alguien con capacidad suficiente para organizar un Concurso tan peculiar. Los que están, no la tienen. Y no disponen de esa habilidad porque las patas que lo forman no están ajustadas y hacen que este banco se tambalee por todos lados. En primer lugar, la que debería soportar el mayor peso y tener más responsabilidad, es la que más se deja ir: un concejal sin personalidad y sin carisma que en lugar de tomar protagonismo y poner un punto de cordura en la toma de decisiones, se dedica a firmar acuerdos y actas, a desentenderse de los asuntos espinosos. Luego están los colectivos secundarios, a los que denomino así porque ellos mismos han adoptado ese rol, proponiendo y opinando solo sobre los aspectos que les interesan y asintiendo con la cabeza y cerrando la boca de los demás.

Mención aparte merecen los que controlan el cotarro (ante la permisividad del resto, claro), la Asociación de Autores. Si fuera autor, que cualquier año de estos le pongo mi nombre a una agrupación chunga y ya con eso me vale para serlo de forma vitalicia, me daría vergüenza que me representaran los que lo hacen actualmente, el presidente y su palmero. Dos personas altaneras y prepotentes que han demostrado con creces su ineptitud para estar al frente de nada. Dos que entre ambos no suman ni una década como autores. Dos que se han pensado que el Falla es su cortijo particular y pueden hacer y deshacer a su antojo. Dos a los que ni sus propios compañeros de junta tragan y los tienen puestos en primera línea para figurar, devorar micros y salir en las fotitos, a sabiendas de que les apasiona. Dos que, en su afán por no pasar desapercibidos, están empeñados en modificar cosas, cualquiera les vale, hasta las que llevan funcionando bien durante años, sólo por el hecho de cambiarlas, por apuntarse el tanto de que han variado el concurso. Y lo cierto es que sí, que lo están alterando, pero para peor, para mucho peor. Así que si tantas ganas tienen de cambiar cosas, cámbiense ustedes, apártense a un lado y dejen paso a gente con ganas, sinceras y con un espíritu sano que no destroce lo que tenemos.