Carnaval

APRENDER DE LOS ERRORES

Por  1:00 h.

Ha quedado claro que las nuevas normas para el Concurso no han sido productivas como creíamos. No arrastrar los puntos de preselección ha supuesto inconvenientes tanto para el público como para los grupos. Para el público, porque se ha topado con unas preliminares vacías de letras en muchos casos. Al no puntuar éstas y sabedores los grupos punteros de su pase seguro a la siguiente fase, pocos han sacado su artillería pesada. Para las agrupaciones ha sido nefasto porque ha habido algunas muy perjudicadas donde partir de cero les ha hecho perder la ventaja inicial en donde algún ‘jurado’ encontró la oportunidad de favorecer a los suyos, como siempre. Otra norma a rectificar es la que imposibilita repetir en la final. Muchos creíamos que esto haría que los autores llevaran buenas letras en ese pase para intentar ganar pero no ha sido así. Ha florecido el peor pase de todos los franqueados. Otra cuestión es la imposibilidad de volver a escuchar esa letra estelar que llevaban los grupos, que el aficionado quería volver a oír en la gran Final, es como impedir repetir a Serrat ‘Mediterráneo’. Normas a estudiar con más detenimiento una vez comprobadas que no han dado el fruto esperado.

Además de esto deberíamos regular cuestiones que más adelante propondré con más esmero, una de ellas es el jurado, como siempre. Estamos hartos de aguantar cada año miembros del jurado que aparecen y desaparecen a su interés y que por el simple hecho de ser profesores, médicos, abogados, etc., están ahí sin capacidad alguna para evaluar, hartos de jurados que obligados por la paridad llevan un apellido famoso, hartos de jurados que no saben ni afinar una guitarra, hartos de jurados con escapulario, hartos de jurados cuñados, hartos de jurados eruditos y eruditos sobre todo en el fino Quinta, hartos de jurados sin criterio y moldeables. en definitiva hartos de jurados aficionados en donde la mayoría solo buscan la entrada gratis para él y sus amigos en el concurso.

Para el año que viene, otro babuchazo Nandi, ¿por qué no te callas?