EL CIGARRITO

Un papelón y poco papel para aguantarlo

Por  3:15 h.
Un papelón y poco papel para aguantarlo

El cigarrito de después siempre es el mejor. Al menos en determinadas circunstancias, porque el de ayer, el de después del fallo del Jurado, a más de uno le produjo un severo ataque de tos. Y todo eso teniendo en cuenta que un rumor se extendió por toda la plaza Fragela de manera machacona. «Fulanito se queda fuera», «lo de este Jurado va a ser escandaloso», «dicen que Menganito está dentro de la Final desde que cantó en preliminares». Hubo comentarios de toda clase sobre la previsible decisión del Jurado y es que, según decían algunos, en el Concurso hay un garganta profunda. Es lo que algunos ya han bautizado como el Fallagate. Quien delate al topo tiene premio, y una pista, no es el topo de Ambiciones…

Papel higiénico racionado

Lo que no puede entender es que en una noche en la que los nervios estaba claro que iban jugar una mala pasada a más de uno el papel higiénico escaseara casi desde primera hora. Las limpiadoras cumplieron diligentemente con su trabajo, pero desde hace días se viene observando la misma circunstancia. Según cuentan, las encargadas de reponer el papel tienen orden de poner lo justo después de haberse observado misteriosas desapariciones de celulosa durante el Concurso.

Expediente X

Algo raro ha pasado en las tres sesiones de semifinales. La mayoría de las agrupaciones han pasado sin pena ni gloria para un público demasiado exigente. Lo extraño es que la exigencia se esfuma en momentos puntuales. Anoche ocurrió con la actuación del cuarteto de Algeciras, en la sesión anterior con la chirigota de Sevilla y el primer día con la comparsa ‘Los príncipes’. «Poco gaditanismo», se quejaba un antifaz de oro en el descanso. Y de verdad que el que lo decía sabe de lo que habla..

Más penitencia que el Bocu

El cortejo penitencial de la chirigota de Bocuñano ya supera en fama y extensión al del Medinaceli. Caras conocidas y mucho sentido del humor, como el de Antonio Martínez Ares, que ayer se quedó en mitad de la penitencia sin paraguas. Por una vez, se tuvo que mojar.