OPINIÓN

Dieciocho años en unos minutos y el fanatismo carapapista de Sevilla

Por  9:21 h.

Costó trabajo que el teatro se llenara ayer, la gente fue llegando de a poco. Antes de entrar muchos optaron por darle a la nicotina y comentar la sesión del día anterior, que lo merecía. Unanimidad en torno al nuevo pelotazo del Canijo y, también, coincidencia masiva en el bajón de la comparsa ‘Los príncipes’. Un veterano comentaba: «Los dos pasodobles de ayer no estuvieron al nivel. Además, estuvo muy feo decir que la gente no escribe cosas buenas, y más sacándose él mismo del saco. No está bonito, la verdad». Pero como con Juan Carlos nunca se sabe, otro le contestaba que «por lo visto para semifinales tiene preparado algo gordo. Más de uno va a salir escaldao por ahí abajo». Ya veremos. Tal vez caiga fuego en el foso…
Homenajes ‘mu’ sentíos
Más de uno ayer se arrepintió de haberse metido en el bolsillo el paquete de tabaco en vez de uno de cleenex. «Qué pechá de llorar chiquillo», se escuchaba en el gallinero después del homenaje que Ángel Piulestán rindió a su hermano Selu en su cuarteto. Minutos después fue la chirigota de Sevilla la que ponía los vellos de punta cantándole a David Márquez Mateo.
Un error de cálculo
«Quilla, ¿qué haces tú aquí hoy?». «Pues nada, que yo había calculado que hoy iba a cantar Antonio Martín y me compré la entrada. Pero, bueno, tampoco está la cosa malota». Esta conversación se producía poco antes de las nueve en la plaza Fragela. Gajes del oficio de calculador de sesiones de cuartos, que este año ha fallado mucho.
Extracomunitarios
A la salida, con el cigarrito y el análisis de los entendíos del Carnaval, se escuchaban lamentos por la falta de ambiente en estos cuartos. «La culpa la tiene eso del internet, que ahora compran entradas desde tos laos». El que la lleva la entiende.