La poesía de Constantino Tovar Verdejo, la que brota de su pluma y también de los acordes de su guitarra, destila sensibilidad, pureza y gaditanismo. Su bonhomía incluso engrandece una figura que inspira unanimidad hasta en sus competidores, que no lo pueden considerar un enemigo. Por calidad, por insistencia, porque siempre estuvo ahí y encontró una razón para escribir, Tino es uno de los autores más laureados de la fiesta, con cuatro primeros premios y muchas finales, y aún así su obra se expande más allá de los reconocimientos de un jurado.
Disfruta exponiendo su capacidad creativa cada febrero, y todos los años lo intenta con algo diferente, equilibrando cronológicamente lo imaginativo y arriesgando con el sabor a esta tierra. Ha vivido tres etapas muy marcadas: una primera con su primer grupo, con Bienvenido de director y al que escribía desde juveniles; una segunda muy diferente con Ángel Subiela y la actual, con parte de antiguos componentes de Luis Rivero y José Otero a los mandos. Cada comparsa es diferente y por ello es imposible establecer una clasificación porque más que nunca es cuestión de gustos y de épocas. Esto simplemente es un mapa que sirve de orientación, compensando entre los distintos momentos.
10.- El creador. 2016
Pueden valer otras creaciones como ‘Los gadiritas’ o ‘Ciudadano Zero’, pues Tino Tovar se ha consolidado y cada edición aporta una comparsa nueva y diferente, pero de enorme nivel y similar cada año en cuanto a calidad. El año pasado sólo se veía eclipsada por ‘Los cobardes’ de Martínez Ares. El tipo de ensueño, imaginativo, de ese niño que creaba un mundo a su medida con sus propias manos, se merecía el puesto en la final, con el grupo más compacto del momento.
9.- Voces. 2009
El gran cajonazo que ha tenido que sufrir este autor. Hasta el más grande tiene uno, y Tino no podía ser menos. Daba voz a los sin voz, al pueblo africano, y ello le permitía la fusión instrumental del continente africano con la caja y bombo gaditana. Subiela en la dirección y un pasodoble emblemático. Le gustó a todos, menos al jurado, que lo dejó fuera con el segundo accésit. Para quedarse mudo.
8.- La República gaditana. 2007
Un repertorio para aspirar a lo máximo, una idea singular y gaditana bajo la batuta de Subiela, perfectamente desarrollada en una preciosa presentación. ‘La República gaditana’ se topaba este año con el fenomeno de ‘Araka la Kana’, pero presentó batalla hasta el final. Llega tras el primer y único año de descanso del autor, que ‘cedió’ el grupo a los hermanos Carapapa para formar ‘La cuadrilla’. Aguja de oro para un tipo muy ingenioso.
7.- La botica. 1997
‘Cuando entra en la botica una gachí’. El cantaor David Palomar y el mismísimo alcalde de Cádiz José María González ‘Kichi’, en sus años mozos, se divertían con esta comparsa que con sólo su puesta en escena traía la sonrisa al rostro del carnavalero. Bienvenido en la dirección y una afinación excelente para alcanzar la primera final de sus vidas. Tercer premio para irritar a aquellos que irónicamente la tildaban de ‘chiriparsa’ por alejarse de los cánones dramáticos de la época.
6.- La canción de Cádiz. 2014
El año de las ausencias, sin Aragón, Carapapa ni Martínez Ares, Tovar fue el primero en exigirse para presentar esta obra tan gaditana inspirada en su colaboración con el escritor Luis García Gil. Refleja la creación de toda obra carnavalera, la necesaria aparición de las musas, la presteza con la que debe componer el autor, y penetra en el aficionado gracias a la dulzura de la música del pasodoble. Primer premio.
5.- Las estaciones. 2004
Año de revolución. El grupo de Tino se disuelve por distintos motivos y el autor se queda sólo con unos pocos compañeros de viaje. En el camino se encuentra Ángel Subiela, sin poeta tras el enfrentamiento con Aragón. Y de dos personalidades tan diferentes, de dos estilos en principio opuestos y antagónicos, surge una comparsa que nada más arrancar engancha por su carácter naturalista y la fuerza de los pasodobles. Un mensaje precioso envuelto en melodías inolvidables. Tercer premio el año de ‘La cárcel vieja’ y ‘Los regaera’.
4.- Los del año catapum. 2000
El primer premio de Tino Tovar y la consecución del gran reto que se marcó en sus inicios. Lograba la admiración no ya sólo del aficionado sino a nivel de Concurso hacia una comparsa distinta, simpática, alejada del drama propio de los años 90. Una comparsa que incluso se disfrazaba de mujer (la mitad del grupo) y conseguía que funcionara la parte cómica durante todo el repertorio sin perder un ápice de sensibilidad. Afinación perfecta, pasodoble dulce que no se ha perdido, cuplés graciosos y popurrí delicioso. Por algo el autor le tiene tanto cariño. Fue el año del triunfo del colorete, savia nueva en la guerra del triunvirato Martínez Ares-Martín-Quiñones.
3.- Juana la Loca. 2011
El mejor exponente de la última etapa. Tino Tovar se reinventa con un nuevo grupo, capitaneado por José Otero y reforzado con varios integrantes de la comparsa de Rivero. El éxito de ‘Juana la Loca’ reside en su idea, en su propuesta, en esta lucha a través de la música contra los ataques homófobos y la represión sufrida por personajes como los interpretados no hace muchos años. Precioso el espectáculo de cabaret, la musicalidad del pasodoble y la fuerza de sus letras. El autor demostraba su especial sensibilidad.
2.- El cielo de Cádiz. 1998
Para los nostálgicos, la más querida. ‘Los angelitos’, como así los llamaban y alguno con cierto retintín, acertaban con la mejor idea para llevar a cabo un despliegue vocal excelente, propio de unas voces que apenas cumplían los 20 años de edad. ‘Dándole las buenas noches’. La presentación polifónica, versionando el pasodoble de Paco Alba para después terminarlo con gusto terrenal, servía de introducción para representar a los gaditanos fallecidos que se encuentran en el cielo. Comparsa alegre y desenfadada que rompía con la tendencia de ese momento. Estuvo cerca del primer premio que finalmente recayó en ‘Los piratas’ en una última función espectacular.
1.- El espíritu de Cádiz. 2005
Quizás su comparsa más completa, primer premio desde que se abrieron cortinas. Después de unos años difíciles, Ángel Subiela aporta un nuevo aire en su trayectoria. Magnífica la fusión entre componentes de la comparsa de Martínez Ares y Aragón con antiguos componentes y amigos de Tino como Dani Obregón y Faly Figuer. La impresionante presentación daba paso a unos pasodobles que todavía siguen sonando, incluso el que no se cantó en el Falla, y un popurrí de lujo, brillante musicalmente. Aparcó los coloretes y mostró una comparsa más madura, más profunda, que obtuvo el reconocimiento del público y el jurado.