Yuyu: «Nos conformamos con dejar buen sabor de boca, como en la etapa anterior»

Sánchez Reyes: «Yuyu es la marca de la chirigota, es muy pulcro y sabe lo que quiere»

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Uno de esos tópicos que tanto funcionan en lo cotidiano dice que la gente distinta se complementa y los polos opuestos se atraen, pero a la hora de la verdad, la mayoría de las parejas, las amistades y las alianzas que funcionan están formadas por personas que comparten buena parte de sus gustos y su carácter. José Manuel Sánchez Reyes y José Guerrero coinciden en mucho. Se conocieron a través de Juanma Canseco en la Facultad de Magisterio y los azares (además de una comprometida y fuerte vocación) les han llevado a trabajar con éxito y rigor en medios de comunicación. Son futboleros, considerablemente cadistas, y gente con gran sentido del humor que jamás ejerce de graciosa. Reservados, incluso tímidos en el trato, además de su nombre de pila comparten dos pasiones comunes: mueren con las gallegas Príncipe mojadas en café y con el Carnaval.
Yuyu fue uno de los creadores de la chirigota que cambió para siempre la modalidad en 1992 (Los borrachos) y acumula un historial de premios llamativo, que incluye como exorno lujoso su condición de pregonero.
José Sánchez Reyes tiene muchas finales y premios a sus espaldas en dos modalidades y pese a su discreción ha sido uno de los culpables de que el coro de La Viña recupere glorias de los tiempos de Chanquete.
Sus trayectorias en la fiesta tienen un punto de conexión. Solo fueron dos años, pero inolvidables. Juntos (y en compañía imprescindible de otros como Canseco y Carapalo) tuvieron una fugaz colaboración que parió dos chirigotas de culto: Los últimos en enterarse (1995) y Los bordes del área (1996). Yuyu aportaba su inmenso caudal de creatividad y surrealismo, que encontraba un encaje perfecto en el clasicismo, la formalidad y la difícil sencillez que daba Sancherreye. De la suma salieron, probablemente, dos de los mejores segundos premios de la historia y si se quedaron sin el máximo galardón fue porque coincidieron con dos pelotazos cegadores e indiscutibles: Los lacios y Una chirigota con clase. Algo así como perder una final en Winbledon contra Federer o quedar segundo en un certamen de cantautores tras Serrat. Más que un palo, es un orgullo.
Este año, más de doce después de aquella aventura, vuelven a reunirse. Nunca se enemistaron, simplemente emprendieron trayectorias que hoy vuelven a encontrarse. Esta noche, en la madrugada del lunes ya, presentan Los monstruos de pueblo. Tienen muchas ilusiones, pero su proverbial mesura y el escarmiento les hacen ser muy prudentes. En cualquier caso, se trata de uno de los reencuentros del año en el Carnaval.

– ¿Cuál es el mejor recuerdo de aquella primera etapa de autoría compartida?
– Yuyu: Sin duda, el buen sabor de boca que dejaron nuestras dos agrupaciones juntos, especialmente Los bordes del área.
– Sánchez Reyes: La preselección de Los cabrones; los ratitos enclaustrados diciendo tonterías para el repertorio de Los árbitros; la actuación con Los bordes en el programa El larguero. Muchísimos buenos momentos.
– ¿Y el mejor después, cada uno por su lado?
– Yuyu: El primer premio con Tampax Goyescas, sobre todo en la se-gunda semifinal, cuando el teatro entero pidió «otro cuplé, otro cuplé», después de cantar aquel del móvil.
– Sánchez Reyes: El año después de Los árbitros conseguí el primer premio con el coro de La Viña. En chirigotas tuve dos etapas muy gratificantes. La primera iniciada con Club de Fans de Estrellita Castro y finalizada con Los maestros, con un grupo con el que nos reíamos mucho. La segunda me devolvió al candelero después de dos años de experimentos (Los tatachán y Demasiado corasón) y me dio la oportunidad de escribir para uno de los grupos que admiraba de niño: el del Petra. Fueron tres finales de cuatro intentos y, lo que es mejor aún, la satisfacción de haber conocido al Petra, un gran tipo, y al grupo.
– ¿Qué aporta cada uno a la suma?
– Yuyu: Lo que puede y sabe. Somos complementarios. A lo mejor José ve una cuarteta que luego remato yo y yo veo un pasodoble que luego remata él. A lo mejor sin la visión  de uno no saldría lo que luego acaba el otro.
– Sánchez Reyes: Difícil. Pepe es la marca de la chirigota. Tiene claro lo que quiere y es muy pulcro en la elaboración de las letras. Que se lo piensa mucho, vaya. Yo soy de los que escriben mucho material para luego quedarme con poco. Él me encargó tenerlo conectado día a día a la chirigota a pesar de estar en Sevilla. Lo mismo lo he agobiado con tanta llamada y correo. En algunas ocasiones de este año le he dado una idea y él la ha rematado y mejorado, para eso es un fenómeno. Creo haber cumplido con lo que me pidió cuando cerramos el regreso: ayudarle a llevar la chirigota al Falla. La falta de tiempo de los dos se ha unido. A ver cómo sale todo en el Concurso.
– ¿Qué esperáis de este regreso en 2008?
– Yuyu: Lo mejor. Si luego se puede ganar, pues estupendo y si no se puede, pues nos conformamos con dejar un buen sabor de boca como en nuestra época anterior.
– Sánchez Reyes: Sería un falso si no dijera que la chirigota está creada para ganar el primer premio. De momento, estamos contentos con lo que hemos hecho. A partir de esta noche, el Falla dictará sentencia.
– ¿Compensaría que volviera a pasar lo de hace 12 años, que no hubo primer premio pero las coplas quedaron en la memoria de la gente?
– Yuyu: Le aseguro a cualquiera que compensa mucho más quedar en la memoria de la gente que un primer premio discutido. Que a estas alturas de la vida todavía haya gente que tiene a Los bordes del área como una chirigota de culto te llena de emoción.
– Sánchez Reyes: Por supuesto. Los cabrones perdió la final por un punto con respecto a Los lacios. Siempre hemos pensado que fue una pena no ganar con un tipo tan impresionante como el de Los últimos en enterarse. En cuanto a Los bordes, aquel año topamos con uno de los pelotazos de las últimas décadas: Una chirigota con clase. Contra eso, poco se puede hacer. De todas formas, Los bordes es para muchos una chirigota de referencia por su sencillez, desparpajo y repertorio.
– ¿Es una ventaja o un inconveniente que los dos trabajéis en medios de comunicación?
– Yuyu: Depende de las neuronas que tenga el que quiera vincular nuestro trabajo con nuestra afición. Seguramente, José manda menos en Diario de Cádiz y yo en Canal Sur de lo que la gente cree.
– Sánchez Reyes:  A mí me condiciona mucho. Me agobia el halo de sospecha de ayuda a mi agrupación. Los que me conocen saben que incluso me pongo de mala leche cuando destacan algo mío en el medio en el que trabajo. Pero tengo la conciencia tranquila. Y al fin y al cabo, llevo 18 años en esto del Carnaval con muchas finales a cuestas.
– ¿Eso de la chirigota de Yuyu y Sánchez Reyes siempre es injusto, quién más ha contribuido a los grupos que habéis sacado juntos?
– Yuyu: En nuestra chirigota todos colaboran en lo que pueden cada año, cada uno puede aportar ideas de donde luego salen cosas. Siempre es así. En Los últimos en enterarse colaboraron Carapalo y Erasmo; en Los bordes, Carapalo. Siempre resulta injusto que alguien quede en la sombra. A mí también me parece muy injusto que todavía haya gente que no sepa que yo fui uno de los letristas de Los borrachos.
– Sánchez Reyes: De la primera etapa no podemos olvidar a Carapalo, que se adaptó muy bien al estilo. Manuel Tallafé El Corto era por entonces uno de los motores de la agrupación. Ahora mismo, tanto Yuyu como yo nos apoyamos mucho en el director, Juanma Canseco, que ya salía en Los bordes. La verdad es que todo el grupo intenta aportar, cosa que agradecemos siempre los autores. Sirven de mucho las tormentas de ideas alrededor de unos vasos.