Crónica

Tino Tovar y Juan Carlos Aragón dan un golpe sobre la mesa

Las dos comparsas demuestran un nivel sobresaliente en una sesión que se retrasa más de una hora

Por  3:12 h.
Tino Tovar y Juan Carlos Aragón dan un golpe sobre la mesa

 

Imagínense que tienen una reserva en el mejor restaurante de la ciudad para cenar. Llevan tanto tiempo esperando por disfrutar este lujo que hoy ni han comido. Qué digo hoy, ayer apenas se tomaron un zumito para aguantar el día. Pues resulta que cuando llegan al restaurante les dicen que han organizado por la tarde un cumpleaños infantil y que como no les ha dado tiempo de recoger los globos van a tener que esperarse una horita y media para poder sentarse. Pues eso es lo que pasó en la sesión de este domingo, la octava de la fase clasificatoria. Más o menos.

Aún así el respetable pudo disfrutar de un menú de lujo en la primera parte de la sesión gracias a que las dos grandes comparsas del cartel respondieron a las expectativas. Primero pegó Tino, con un tipo arriesgado. Primero lo explicó, y una vez con las cosas claras y un pequeño titubeo en la interpretación de la presentación, pegó un cañonazo en la línea de flotación de los rivales, que a esa hora debían estar conteniendo la respiración. Los pasodobles son magníficos, tanto en letra como en música. Sensibilidad y fuerza, las armas de Tino Tovar. El purrí resulta original, en letra y en forma.

Luego le tocó a Juan Carlos Aragón y no defraudó. Se ve que Cuba le ha inspirado. No solo el tipo, también la prosa y la poesía, porque eso es lo que son sus pasodobles. Letras de gran categoría las de esta comparsa que sigue desatando pasiones. La orquesta se luce en todo el repertorio, con los sones caribeños siempre de fondo, como el rumor de las olas que unen las dos orillas del Atlántico. Magnífica también la puesta en escena.

El resto estuvo a un nivel discreto. Aceptables las comparsas. Correctos los coros. Y muy desafortunadas las chirigotas, especialmente la isleña ‘¡¡Esto es Hollywood!!’, que no hizo disfrutar precisamente a los valientes que se quedaron hasta el final de la sesión, ya pasadas las tres de la madrugada.