La comparsa ‘La eternidad’ de Antonio Martínez Ares estuvo a punto de no sonar tan bien. No por las manos de sus maestros ni las gargantas del grupo, sino por una casi nefasta coincidencia. Lo peor que puede pasarle a un músico antes de salir a escena es que se le rompa su instrumento. Le ocurrió este domingo a Guilermo Cabaña, ‘Guille’, punteao de ‘La eternidad’, a escasas horas de que la comparsa tuviera que hacer su debut en el Gran Teatro Falla. A los nervios habituales en estos días de estreno, se le sumó el provocado por este contratiempo. Hubo incluso miedo en el local donde el grupo se estaba preparando. El reloj avanzaba en contra y el corazón de la comparsa no latía en condiciones.
De que nadie se diera cuenta de que la guitarra de Guille se había resquebrajado en la parte del clavijero, lo que provocaba que desafinara, es mérito del luthier gaditano Pablo Gallardo. En medio del caos y casi de la «desesperación» le llamaron para que revisara el instrumento. Él -cuenta- en todo momento supo que podía arreglarlo y llegar a tiempo al templo de los ladrillos coloraos. Explica, todavía agradecido porque la comparsa de Martínez Ares confiara en su trabajo, que los músicos sí temieron lo peor. Pero Pablo Gallardo lo consiguió. Acudió al local, se llevó la guitarra y a las pocas horas se la devolvió a su dueño en perfecto estado. «Esa parte (la del clavijero) es muy delicada, pudo haberse roto por un golpe o por el paso del tiempo», cuenta el luthier, que en todo caso asegura que el daño, por fortuna, no había sido demasiado grave. «Las reparaciones llevan su tiempo», por eso la de este domingo con la comparsa ‘La eternidad’ puede que haya alcanzado un nivel de récord.
Pablo Gallardo se dedica a la construcción y reparación de instrumentos desde hace cinco años, aunque son muchos menos los que lleva consagrado de forma profesional. Para agrupaciones participantes del COAC 2017 ha trabajado para ‘OBDC La última flor’ con una guitarra, el bajo eléctrico, otras guitarras recicladas y ha afinado los tubos de pvc. También ha trabajado para la comparsa ‘El rinconcito de los milagros’, con la guitarra acústica, el bajo eléctrico, el saxo y el trombón de varas. Una tercera agrupación que aún no ha concursado también ha necesitado sus servicios. Pero tan urgente y emocionante como el de este domingo con la comparsa de Antonio Martínez Ares, ninguno. Oído el resultado, seguro que a partir de ahora vienen muchísimos más.