Piratas chirigoteros con rumbo al pregón

El pasacalles, formado por un séquito de corsarios, estuvo animado por varias agrupaciones

Por  0:00 h.
El pregón de anoche de Antonio Martínez Ares fue diferente a todos los anteriores y eso se mostró desde horas antes de su comienzo. Poco después de la sobremesa, un séquito de piratas fue llegando poco a poco hasta la Posada del Mesón, en el barrio del Pópulo, donde se había  convocado a los participantes para partir desde allí  hasta la plaza de San Antonio y trasladar el ambiente festivo del pregón por todas las calles del casco histórico de la ciudad, aunque poco público presenció el novedoso pasacalles.  
A pesar de que la hora de comienzo estaba prevista para las 15.30, problemas de última hora en la llegada de los figurantes del grupo Ida y vuelta provocaron que el cortejo sufriera una demora de dos horas, partiendo a las 17.30 horas. Minutos antes el grupo de pulso y púa Gadir fue calentando el ambiente con la interpretación de tangos antiguos, y no tan lejanos en el tiempo como el de Los últimos de Filipinas, en el escenario instalado en la Posada del Mesón. Pepe Ángel, organizador del pasacalles, explicaba antes de partir el motivo del desfile que no era más que encontrar al capitán Martínez Ares para impedirle que se llevara a los niños de Cádiz como botín para su pregón. Poco después la comitiva formada por unos 40 piratas con aires chirigoteros partieron hacia la Casa del Almirante donde el primer premio de cuartetos, Taller de reparaciones, los esperaba. El cuarteto de Morera, tras agradecer irónicamente la impuntualidad, cantó varios cuplés.
A los gritos de ¡Ron, ron, una botella de ron! se encaminaron hacia la plaza de la Catedral donde los participantes se marcaron unos tanguillos que se confundían con el jaleo de los primeros foráneos que se encontraban en la plaza haciendo botellón. «¿Dónde está Martínez Ares?», coreaban los piratas mientras enfilaban la calle Compañía para hacer la tercera parada en la plaza de las Flores. La falta del capitán Martínez Ares hundió por momentos los ánimos de la tropa que a medida que avanzaban perdía tripulación.
Uno de los mejores momentos se produjo en la calle Circo donde el cuarteto Pal desembarco Nosmardía, segundo premio, interpretó un particular romancero a cuatro voces dedicado al pregonero con temática pirata que hizo las delicias de los corsarios.  En la calle Sagasta se le sumó al cortejo la chirigota ilegal Las tapersex que cantaron en la plaza de San Felipe Neri a la misma hora que el cortejo oficial del pregonero y las ninfas partía de la plaza de San Juan de Dios ante un público mucho más numeroso que al principio. Tras dos horas de intenso pasacalles, el séquito de piratas llegó a la plaza de San Antonio, donde mucho público vestido con atuendo pirata esperaba al pregonero que llegaba en una batea decorada para la ocasión.