CARNAVAL DE CÁDIZ

Martínez Ares: «’El perro andalú’ es como nos ven desde fuera, no como somos»

El autor se mantiene en una nueva etapa «de color» con una idea cargada de simbolismo y referencias a la Generación del 27

Por  6:30 h.

“‘El perro andalú’ representa la manera en la que nos ven desde fuera, no como somos. Carnaval, cachondeo perpetuo, el subsidio, de verbena y luces, flocklore, la gracia… El búfón. Pero ¿dónde está el hambre, la amargura? Porque eso es también Andalucía”. Una comparsa que es un grito de rabia y orgullo, un mensaje en verso, un canto alegre y furioso, como la tierra que lo engendra.

 

Antonio Martínez Ares se encuentra en una época de experimentación, de máxima creatividad, vanguardista, y que expresa a través del Carnaval y de su comparsa ‘El perro andalú’. Una idea “cargada de simbolismo”, según refiere su propio autor. “Ilustra al individuo con una carga social impresionante. La miro y veo el campo, a Lorca, Dalí y Buñuel, a la Generación del 27 y al pensamiento influyente de Ortega y Gasset”.

 

Esa profundidad filosófica se expresa en el colorido de un disfraz rebosante de detalles, el refugio del andaluz, y se lanza con una música que mezcla tonos vanguardistas con soniquetes añejos, costumbrista, sabores que pueden recordar a Villegas o Paco Alba. “El pasodoble es una pieza musical que no deformo pero adopto como mía y la hago a mi manera. Intento ser cauto para no pasarme de la raya pero no le tengo miedo”. La intención es que en cuanto abrieran cortinas, se esfumara por completo ‘La eternidad’, nadie se acordara de ‘Los cobardes’.

Martínez Ares: “Necesitaba la ruptura, hacer algo distinto”

 

“Eso es lo complejo y creo que lo que busca todo autor. No compararse consigo mismo. Necesitaba la ruptura, hacer algo distinto, muy loco. Tal vez existan estereotipos de agrupaciones que repiten fórmulas de éxito, pero yo estoy en una etapa que necesito superarme“, confiesa Martínez Ares. Aunque lo de no parecerse a sí mismo “siempre lo he intentado. Otra cosa es que lo haya conseguido o no”.

 

Se mantiene en esta etapa, “distinta” y plasmada en esta trilogía, alejada de su anterior época. “No sé como definirla, pero es una etapa de color. De buscar tipos muy bellos, que se queden, jugando con texturas diferentes para el maquillaje”.

 

Destaca que “teníamos el listón muy alto y lo hemos intentado poner incluso más alto todavía. De ahí que el vértigo sea mayúsculo. Así que después de todos estos meses de trabajo vamos a intentar disfrutar”. Martínez Ares intenta y consigue transmitir tranquilidad, pero es sorprendente su meticulosidad, cuidando el tipo con mimo y trabajando hasta el último detalle. “Soy un coñazo. Todo el día pongo y quito cosas”. También inspira su emoción al contemplar y explicar su idea, su obra.

 

¿Quién podría pensar que este verano iba a ir por derroteros distintos? Martínez Ares se presentaba con el nombre de ‘Los ejemplares’ y cambiaba el paso en la inscripción para quedarse con ‘El perro andalú’. “La idea original era esta, pero rescatamos otra que teníamos en mente del año de ‘Los cobardes’. Al final, tras pensar y pensar, nos decidimos por este cambio brusco, tanto en el tipo como en la manera de construirlo musicalmente”.

 

Asume que de inicio sorprenderá, y que el tiempo irá desnudando a este ‘Perro andalú’ “para bien o para mal. Cada día os vais a dar cuenta de un detalle distinto. Hay mucho símbolo. Entiendo perfectamente que si le das mucha información a la gente es normal que no la digiera el primer día. Más que digestión lenta, me gusta ir de menos a más“.