Mal gusto

A veces una agrupación nueva consigue que uno perdone todo lo malo que ha visto

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Hay veces que una agrupación nueva y novedosa, consigue que uno perdone todo lo malo que hubiera visto durante una sesión; que, por otro lado son de seis horas. Y eso, Aldonzo, me ocurrió con la comparsa de Jesús Bienvenido. Pero hay veces que ocurre todo al revés, que una agrupación hace que lo poco bueno que se haya visto durante una noche, se vaya al mismo traste.
Ocurrió el martes con dos agrupaciones. La primera, de San José de la Rinconada; venían de homosexuales. Son de esas agrupaciones que en el primer pasodoble cantan una letra (por lo regular, mal hecha) defendiendo al personaje que representan y a continuación lo destrozan; ha ocurrido con prostitutas, deformes…Ellos se quejaban de que la Iglesia no los admitía y, por tanto, no los casaba; a partir de ahí, hicieron todo lo posible porque la gente le cogiera asco a los homosexuales. Después me enteré de que eran homosexuales de verdad; lo que me  pareció aún peor; no los pude considerar como a chavales de buen humor que se reían de sí mismos, sino como a gente sin el menor sentido de la dignidad a quien importa un pito servir de cachondeo.
La segunda agrupación venía de La Isla con un tipo que podría ser polémico, gracioso o discutible; en eso no me meto yo, Aldonzo. Luego cantaron un cuplé de una compañera que se lava más bien poco y que en su vagina se encontraron objetos de muchas clases, hasta que una se asomó y gritó: «¡¿Madelain?!».
Como tú bien sabes, yo no veo la tele desde que quitaron «Reina por un día», así que me hago un lío con los nombres que salen a relucir en las coplas, sacados de los diferentes programas basura; de modo que pensé que la tal Madelain sería cualquiera de las que concursan en televisión. Luego, en el hotel, caí en que Madelain es esa chiquilla que no aparece desde hace varios meses. Después, en el popurrí, volvieron a hacer un ¿chiste? con ella.
No sabía yo que en el Concurso se dieran letras de este tipo; no voy a pedir que haya censura, pero sí que se puede pedir que los autores tengan cordura. Ya me pasó el otro día, que me quedé un poco «cortao» con una chirigota que aprovechaba el aniversario del asesinato de Caparrós, para hacer un cuplé que, para más inri, era malo; ese día pensé que sería un caso aislado; pero por lo que se ve, el desacierto, el mal gusto y la falta de respeto y dignidad, están a la orden del día.
Hay gente que aboga por la forma franquista de echar el telón; y a esos hay que decirles que el telón sólo está para echarlo cuando una actuación llegue a su fin. Ahora bien, ¿por qué esas barbaridades siempre se premian con aplausos? Si un cuplé de esas características; lo cantara quien lo cantara, se castigara con un abucheo, un silencio sepulcral o un cero del Jurado, se arreglaría algo; pero mientras haya ninfas aplaudiendo y jaleando, poco se puede hacer.