Los componentes de la chirigota de los Molina, ‘Pa religión la mía’, aseguraban que venían al Falla para darles al público lo que les pide y se sentían recompensados con el resultado de su chirigota y la acogida del teatro. Los componentes se sentían más seguros tras pisar las tablas del teatro, cuando aún no sabían que serían penalizados por introducir un cencerro, instrumento no permitido por el reglamento.
Este año sentían mayor responsabilidad por volver al Concurso tras haber recibido el tercer premio en la edición anterior del COAC.