Menos de 24 horas han tardado los colectivos que forman el Patronato del Carnaval de Cádiz en comenzar a investigar el destino del dinero del canon que las emisoras privadas pagan desde hace una década por retransmitir íntegramente el Concurso Oficial de Agrupaciones del Gran Teatro Falla. Tras anunciar el pasado lunes a través de un comunicado que desconocían la existencia de este canon, sus representantes comenzaron ayer mismo a solicitar a algunos autores las liquidaciones por parte de la Sociedad General de Autores (SGAE).
En principio, los principales representantes de los autores gaditanos están investigando dichos documentos, en los que podría no estar especificado este concepto aunque lo estén percibiendo. De hecho, en una primera toma de contacto con los autores del Carnaval de Cádiz, la mayoría ha asegurado que desconocía de este ingreso, aunque todos cuentan con un dinero en concepto de radio donde podría estar contabilizada esta partida.
Una vez que recojan toda la información de los autores, los colectivos tienen previsto pedir una reunión con los máximos representantes de la Sociedad General de Autores para solicitar información oficial al respecto.
Además, los representantes también quieren abordar con los portavoces de la Fundación otras cuestiones relativas al Fondo de solidaridad para que los autores gaditanos que atraviesan una mala situación económica también puedan acogerse al mismo.
Por su parte, este periódico se ha puesto en contacto con la SGAE para conocer su versión de los hechos, aunque hasta el momento no se han pronunciado de forma oficial. No obstante, fuentes cercanas a la Fundación han asegurado que el canon está llegando a los autores y que la SGAE ha facturado ese dinero, desglosado tanto por día, como por agrupación y autor, ya que el canon se abona por cada día de concurso. En este sentido, han añadido que todas las facturas van identificadas céntimo a céntimo.
Con respecto a la existencia de este canon, estas mismas fuentes han explicado que este pago es un cobro obligatorio de la SGAE para aquellos espectáculos que se salen de lo habitual, como puede ser el caso de un cotillón o festivales de música. Además, han mostrado su extrañeza de que los colectivos y los autores no conozcan unos acuerdos que llevan ya casi una década en vigor.