La segunda oportunidad

La chirigota de Ciudad Real deja atrás los nervios de su primera vez en el Falla con una estancia en la que hubo tiempo hasta para el spa

Por  11:18 h.

El año pasado a José Juan Torre no le dio tiempo ni siquiera a ducharse. Esta vez volvía a recoger los trastos a su habitación en el Senator después de gozar del jacuzzi. «En el hotel nos han dado un pase para el spa, y lo estamos disfrutando más», compara un año con otro.
 Los Figuras, la chirigota de Herencia (Ciudad Real) se tomaba con tranquilidad su segunda ocasión en el Falla. «El gusanillo se mantiene, aunque el año pasado hubo demasiado ruido; pasamos un poco de agobio, con tanta expectación», recuerda el representante legal.
Llegaron a las doce y media, tras decenas de kilómetros de viaje. Soltaron los bártulos y se fueron para el Falla. «Se nos pasaron los días de venta de entradas por Internet, pero las hemos conseguido sin problemas, porque nuestra sesión es un día flojo», se alegran por los amigos y familiares que venían.
Desde el hotel se dirigieron a las ocho de la tarde hacia dos locales situados justo enfrente del bar La Palma, en plena Viña. Allí se vistieron antes de salir para el teatro.
Este año el tipo está mucho más cuidado, quién sabe si como para aspirar a la Aguja de Oro: «Nos lo ha hecho Rafael Garrigós, una persona de Herencia que trabaja en el teatro, y que ha sido candidato a los Premios Max».  O sea, el equivalente a los ‘Goya’ en el teatro.
José Juan no tiene referencias para comparar Herencia y Cádiz, aunque lo intenta: «No he estado nunca aquí en el Carnaval de la calle, pero debe ser algo parecido». Allí de los 8.000 habitantes, 1.500 toman parte en los pasacalles.
Son la única chirigota como tal, desde hace 15 años. «Cogíamos un vídeo del año anterior de Cádiz, y los copiábamos», dice sin tapujos. Uno de los primeros ‘fusilados’ fueron Los Juan cojones.
Anoche todo se enfocaba de forma distinta al debut. La primera experiencia no cubrió sus expectativas: «A mí, que no lo conocía, el Falla me desencantó; respiré mucho concurso y  muy poco Carnaval». 
Luego, hablando con gente de Cádiz, pudo darse cuenta de que había que esperar a que pasara la final. No tuvieron oportunidad de quedarse. Ya estaban metidos en pleno Carnaval de Herencia.