La rima nos pierde

¿Cuándo abrirá la puerta en Canalejas, pa ver si quitan luego toda la verja? Al forastero le da la impresión que entra en Cádiz en una prisión

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Cuándo  abrirá la puerta en Canalejas/ pa ver si quitan luego toda la verja?/ Al forastero da la impresión/ que entra en Cádiz en una prisión/ Cádiz entero siente/ este pesar muy ferviente/ La puerta se abrirá/ luego la cerrarán/ y esas rejas ahí estarán/ hasta la eternidad…» Fíjate que parecía que era un barrunto y cómo acertaron, no tiene que tené ósido la Puerta del Mar esa… Cualquiera la abre ahora… Peaso denuncia, y qué rima, no se le escapa un detalle. Pero eso no lo tenía yo en el recuerdo, lo he tenío que leé en el libreto de Los Muñecos, del año sesenta y dos, que yo también tengo libretos, y además, que tan buena memoria no tengo.
Ahora, eso es morí por Cadi, qué pena que no hubiera tele y se hubiera enterao tol mundo… Ve tú, eso si lo recuerdo, porque hace na, el año que hubo sus cosas con la tele, que al final se arregló, porque aquí el único interés es lo mejó pa Cadi, y quitando eso no hay otra cosa que nos mueva y nos motive, porque lo que es bueno pa Cadi es bueno pas to y por encima de eso no hay más intereses personales, creo.
Bueno, lo cuento ya que estoy, ese año yo llegué a estar en la agenda de los que tenían posibilidades de presentar pa Onda Cadi el concurso desde el Falla, pero después escogieron al Eduardo, al Bablé, que por lo visto daba el perfil mejó que yo. Hombre, me lo justificaron como pudieron, «Tu perfí no es malo del to, pisha, lo que pasa es que con el frente pierdes mucho…» Mejó que no me lo hubieran justificao, que con un «Bizco, vete al carajo», lo hubiera entendío de sobra, que yo también tengo espejo en el cuarto de baño, y ni me miro… A lo que voy, que como aquellos muñecos del sesenta y dos, yo lo hacía por Cadi, que a mí al final, ni me gusta salí en la tele ni na, que pa eso me pongo con mis letrillas y nadie me tiene que ver la cara. Y yo pa esto de las letras, no bizco, hasta tuerto que estuviera no voy a pará de escribirle a Cadi.
Y lo refiero porque me acerqué el otro día a la peña del Viki ese con un pasodoble. Y ya entré mal. Se viene pa mí el Juancarlo y me dice «¿Tú adónde va fumando?»,  el corte que me dio el nota. Miro pa to los laos y to lleno de carteles de prohibido fumá. «¿Aquí no han dao cartele del carnaval, pisha?». Vaya mierda de peña, lo pensé (no lo dije, ¿pa qué iba hasé sangre?) y me fui pa fuera con un frío del carajo a terminarme el cigarro. Volví a entrá, tiritando, «Mira, traigo un pasodoble que te vas a quedá… helao», no me salía otra palabra. Lo coge y empieza a cantarlo, «Vienen de Barcelona y de otros puertos/ turistas de crucero a esta ciudá/ el día que hace levante, o no lo hace/ lo esperan pa montarse y ya se van./ Cuando llega a Sevilla van atontaos/ después de almorazo en un restaurán/ les dan Torre de Oro y la Giralda/ les pone el autobús una de Mafalda/ y a las ocho de la tarde vuelven pacá./ Si esto tratar al turismo/ que venga Dios y los vea/ parece que no sonríe/ que esta ciudad es mu fea./ Hombre por Dios hagan algo/ es que ni ven Canaleja,/ Cadi tu estás llevando/ tu cruz a cuestas/ aunque tu cruz se llame/ la joía verja». Se le pusieron los pelos de punta, «Qué escalofrío… cierra la puñetera puerta, bizco, que me estoy quedando helao…», «Y qué…?», «No pue sé, quillo, ten en cuenta que yo ya tengo hecha una que dice, Iba por Canaleja, por la cera de enfrente, con un moraso que tenía roja hasta las orejas…
Totá, que como los detestives van privao, se dan el costalazo y termina disiendo, Cago en las castas del que ha quitao de aquí la verja.
Y no veas lo que me ha costao rimarla… sería una incongruencia poné las dos letras, ¿no, pisha…?» Hombre, me fui con mal sabó de boca, pero lo que no puedo negá es que la había rimao del carajo, y la verdad sólo tiene un camino, chapó. Cuando las cosas están denunciá con arte no puedo poné ojesión… La rima nos pierde, pisha, en Cadi hay que morí…