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La penúltima ronda, siempre la mejor

La cita de los coros con el último sábado se consolida como un ejemplo

Por  9:55 h.
La penúltima ronda, siempre la mejor

El del Mentidero es un carrusel de coros particular. Primero porque nació a través de grupos que buscaban otro ambiente, otro sabor. Han conseguido convertirlo en tradición consolidada en muy pocos años y, además, se ha erigido como el último festivo del calendario de coplas. Hay uno después, el de este domingo, pero ese ya tiene componentes de tristeza y melancolía, cruzados con la ceremonia del tango callejero. Además, la posibilidad de que este último domingo, el de Piñata, se cumpla el pronóstico de lluvia todavía le dio más valor al penúltimo carrusel, que llegado el caso de abrir hoy los paraguas podría llegar a perder el prefijo.

Conocedores del encanto propio que tiene el carrusel del Mentidero, los aficionados llenaban los alrededores desde mucho antes de la hora del almuerzo abarrotaban la plaza rectangular y ya llenaban de animación, aunque sin tanta aglomeración, las nueve que desembocan en ella.

Asistencia de once coros

De forma ordenada y placentera, como corresponde a la cita, con un público mucho más predispuesto a escuchar que en otros escenarios callejeros de la semana de coplas colectivas estaban hasta seis coros.

?La Cañonera?, ?Khumbaya?, ?Guais, plais, mais?, ?Los que viven como reyes? o ?Ve lavándote el culito que voy parriba?, entre otros, hasta sumar once en total, comenzaban desde Carlos III, aparecían desde el parque y hasta la distancia entre bateas era la ideal.

Ni demasiada para dejar decaer el ambiente, ni muy poca para que las coplas pudieran distinguirse perfectamente en los caballerosos turnos. Como efecto paralelo ?uno de los fundamentales en este tipo de convocatorias?, los locales de la hostelería del Mentidero y los aledaños presentaban un saludable aspecto de lleno sin excesivos agobios.

El protagonista inesperado fue el tiempo. Pero no el climatológico, que amenazó con leve lluvia un rato pero nunca cumplió con tan mal augurio. El tiempo que se hizo dueño fue el del reloj porque los coristas y los espectadores se encontraban tan a gusto que perdieron la noción de lo que dictaba el reloj. El último tango sonó pasadas las siete y media de la tarde, lo que supuso más de cinco horas de bandurrias y laúdes ininterrumpidas.

La organización vecinal del evento coleccionaba orgullosa las felicitaciones de los grupos, que un año tras otro se encuentran tan a gusto que renuevan participación, la amplían y dicen a quien quiere escucharles que se trata del mejor carrusel de cuantos se organizan en el Carnaval de Cádiz para su majestad el coro. Y son unos cuantos. La conclusión final, por tanto, fue la misma que el año anterior, y el anterior al anterior, y el otro. El placer que provoca el respeto a la tradición hecha música y letra multiplica las ganas de volver por lo que todo apunta a que el próximo año, ya rozando la primavera porque el Carnaval 2014 será extraordinariamente tardío, el carrusel del Mentidero volverá a ser el guardián de las esencias, el que conserve el mejor y mayor sabor por sus dimensiones adecuadas, por la actitud de los que cantan y de los que escuchan.

Al fin y al cabo, es lo que se merece uno de los emplazamientos con más tradición en el intercambio de coplas de cada febrero.