Carnaval

La noche que empieza cuando acaba

Por  3:01 h.
La noche que empieza cuando acaba

En la última sesión preliminar, el ánimo del público sufrió muchos altibajos. Comenzaron disfrutando del tango de Manuel Guimerá y Felipe Marín con la colaboración de Manuel Jesús Morera en la autoría de letras. El coro ‘Paraos y colgaos pero con arte por tos laos’ repitió la fórmula que le ha ido tan bien en años anteriores, un tango serio, con corte clásico y el resto del repertorio divertido, que haga reir a quien los escucha. Lo lograron. Consiguieron dejar a quienes disfrutaron de su actuación con una muy buena sensación y la sonrisa en la boca. Tras el coro el público dejó de escucharse. No había jaleo ni gritos de ánimo entre las agrupaciones que pasaban por las tablas del Falla. Situación que se acrecentaba por la manía de algunos sectores del paraíso de mandar a callar a quienes inician cualquier amago de cántico o palmas al compás. Tras un paso sin pena ni gloria de las dos chirigotas y la comparsas que formaban el cartel de la primera parte, llegó el momento más esperado de la noche, la comparsa de los hermanos Márquez Mateo, este año con la dirección de Ángel Subiela. El renovado grupo de los Carapapa cuenta en sus filas con comparsistas como Carli y Mariano, cuyo regreso a las tablas levantó gran expectación en todos los presentes, que hicieron notar sus ganas de escuchar a esta comparsa animando antes desde antes de que salieran a escena. Tras el descanso pasó por el escenario la chirigota de Manuel Santander, con el tirón de este autor nadie se movió de sus asientos. Al concluir esta chirigota la gente se fue concentrando en las inmediaciones de la plaza Fragela para escuchar con amigos y componentes de agrupaciones el pase a cuartos. Era uno de los mayores atractivos de la noche, una de las pocas cuya fase más esperada empieza, justamente, cuando acaba la sesión.