Carnaval

El sorteo de entradas de la Final del Falla será el miércoles

El caos en la venta de entradas de semifinales del COAC acaba con dos jóvenes detenidos

Por  15:43 h.
El sorteo de entradas de la Final del Falla será el miércoles

El Ayuntamiento de Cádiz ha anunciado que el miércoles, 27 de enero, a las 09.00 horas, se procederá al sorteo de las entradas de la Final del Falla del Concurso de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz (COAC) 2016 en la sala de Junta de Gobierno. El sorteo para la Final llega precedido por el caos que supuso en la venta de entradas de semifinales del COAC y que acabó con dos jóvenes detenidos.

Hace mucho, mucho tiempo, cuando ni siquiera existía internet, hace más de 15 años, hubo una trifulca en las taquillas del Concurso Oficial de Agrupaciones del Falla. Aquel año, en un país muy lejano, se colocaron en barracones situados en un solar en obras, llamado Cuarteles de Varela. Por aquel tiempo, la reventa era tan común que algunos de sus practicantes más contumaces eran conocidos por su mote, como boxeadores o cantaores. Se les mencionaba en cuplés y coplas, se les saludaba por la calle y se recurría a ellos en casos de compromiso acuciante, de ganas gordas de ir al teatro. Llegado el caso, ellos sacaban su fajo y tú, el tuyo.

Pero aquel año, en aquel descampado, los reventas y su ejército de soldados a sueldo, niños en algunos casos, rompieron todos los límites. Reaccionaron mal ante los empeños del Ayuntamiento de confundirles con el cambio de sitio de la taquilla, con la costumbre de darlo a conocer a última hora. Llegaron tarde y decidieron cargar contra la población civil. La Policía Local se vio en el compromiso de cargar contra ellos. Carreras, caídas, gritos, insultos, agresiones o amagos. Un bochorno completo. Un numerito. Una monería. Una vergüenza que, a falta de redes sociales y mundo web, saltó a las páginas de los periódicos, a las cabeceras de los informativos de televisión. Cádiz se vio a sí misma ruborizada, ridícula y miserable.

Todas las partes en liza se conjuraron para que nunca volvieran a verse esas imágenes. Comenzó una carrera pero invisible, contra la reventa. Durante años, se cambiaron y volvieron a cambiar los sistemas. Con el apoyo de la tecnología llegaron la venta por internet (y sus incidencias), las entradas nominativas, los límites en el número de localidades o el sorteo para las de la última noche.

A base de un largo periplo de prueba y error, entre 2001 y 2014 la reventa quedó acorralada y casi eliminada. Las colas, por más que ofrecieran siempre un aspecto que molesta a distintos grupos de gaditanos o aficionados, quedaron reguladas y normalizadas. Desaparecieron para siempre los incidentes. La reventa se convirtió en algo minoritario y difícil, casi mal visto cuando había sido aceptado con naturalidad siempre.

El final de la mejoría

Este año, 2016, ha reaparecido. El empeño del Patronato del Concurso Oficial de Agrupaciones (órgano municipal aunque el equipo de gobierno tenga dificultades para su control) trató de avanzar en las modificaciones y, a la vista de los resultados, las mejores se han convertido en atrasos.

La reventa ha vuelto. El propio alcalde, José María González Santos, admitió ayer en unas declaraciones que el fenómeno ha reaparecido de forma implícita al asegurar que «se estudiarán medidas para combatirla». Ahora, el progreso manda, esa reventa se realiza por internet y por el proceso habitual de vender un bolígrafo o un llavero por cien euros (es un ejemplo ficticio aunque cercano a decenas de casos reales y añadir «como regalo» una entrada para el Falla). Este truco infantil pero efectivo, copiado al fútbol, ha hecho furor este año.

Es el fruto de la venta de dos entradas a cada comprador, una nominativa tras la presentación de su DNI. La otra, no. Eso da la posibilidad, en la práctica, de que la mitad del aforo de cada sesión vaya a parar al mercado negro. Un porcentaje menor de localidades también llegan a través de los componentes de agrupaciones que este año, por primera vez, tienen derecho preferente a comprar dos entradas para las sesiones en las que actúen. Como en el caso anterior, su nombre va impresa sólo en una de ellas. Cabría la posibilidad de seguir el rastro de esas entradas sin nombres pero es costoso y farragoso. El recomprador y el revendedor saben que el control directo es complicado y aprovechan el hueco.

El segundo cambio que ha propiciado la reaparición de los fantasmas de la taquilla y de la reventa ha sido el cambio de ubicación de las taquillas. Como en aquellos viejos tiempos de fin de siglo y de trifulcas, el Ayuntamiento decidió esta semana ocultar el nombre del lugar elegido para la venta.

Con la intención de proteger a los vecinos de los edificios colindantes al estadio Ramón de Carranza, se decidió trasladar la taquilla. El resultado ha sido que han reaparecido, aún de forma anecdótica y mínima, los incidentes y las quejas. Los aficionados se repartieron en distintas colas durante el fin de semana (Central Lechera, Gran Teatro Falla,Baluarte de la Candelaria y el propio estadio) para tratar de coger sitio y adelantarse a la ubicación de la taquilla.

Finalmente, fue el Baluarte, frente al Carmen. Algunos habían recibido «el chivatazo», como admitía la joven puertorrealeña Carmen Martos, la primera de la fila para las semifinales. Pudieron ganar unas horas y obtener sitio preferente. Otros trataron de organizarse en una lista informal, única, que respetaría el sitio fuera cual fuera la ubicación de la taquilla. Esta autogestión dio lugar a un episodio desagradable, aislado pero que ilustra los inconvenientes de los nuevos cambios. Además de reaparecer la reventa, han reaparecido los guantazos. Dos menores, una pareja de chico y chica, de 17 y 16 años, fueron retenidos y puestos a disposición judicial por atentado a la autoridad.

Incidente, confusión y quejas

El incidente se produjo alrededor de las ocho de la mañana del lunes, dos horas antes de que se abriera la taquilla en el Carmen, dos horas después de que el Ayuntamiento lo confirmara oficialmente para tratar de evitar colas y espectáculos tristes. El resultado fue el contrario. Los dos acusados llegaron tarde a la cola definitiva, reclamaron su sitio y otros aspirantes se lo negaron. Entraron en cólera, comenzaron a tirar las vallas, a golpearlas, a insultar a cualquiera que les contradijera. Una policía local se les acercó y, según el Ayuntamiento, recibió un golpe durante un forcejeo. Fueron reducidos, denunciados y puestos a disposición de sus familias, acusados de agresión a agente de la autoridad.

Con ser un hecho aislado, resume y potencia el malestar de muchos aficionados que se han quejado durante todo el proceso de venta de entradas (desde la formación de las primeras colas el sábado 2 de enero hasta ayer) de las complicaciones que supone el nuevo sistema, de la confusión que generan los cambios, cuando la mecánica de venta parecía normalizada.

Al margen de la polémica, los cambios aplicados y el estudio de otros nuevos, la taquilla abrió en el Baluarte de la Candelaria a las diez en punto, ante una cola muy ordenada y respetuosa, con el entorno absolutamente limpio y 150 personas a la espera. La primera en hacerse con sus entradas de semifinales era Carmen Martos, de Puerto Real, que compraba paraíso para todas las sesiones de semifinales. Justo después lo hacía otro veinteañero, Jesús Franco, de Tarifa, que también se ha llevado dos localidades de cada pase.

Las entradas de la fase semifinal se agotaron totalmente en menos de tres horas. La venta simultánea –presencial y en internet, mitad y mitad del aforo, 225 y 225 por cada sesión– concluyó a las 13 horas, cuando ya se habían agotado las entradas puestas a la venta para el público en general. A estas localidades e suman a las entradas que se ponen a disposición, por función, de los componentes de las agrupaciones que actúan en cada sesión.