El pasodoble

Cartas para Aldonzo

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Lo que me pides no creas que es fácil de explicar, de la misma forma que ningún político sabría explicar para qué sirven las diputaciones provinciales. Ten en cuenta que hay gaditanos con treinta años que no sabrían hacerlo; así que imagínate, alguien como yo, que acaba de llegar aquí, la que podría formar intentando definir algo como es el pasodoble.
Lo que yo he hecho, mi querido Aldonzo, es preguntar a la gente que sabe, que es lo que la cordura ordena que se haga; y, afortunadamente (aún ignoro por qué), he dado en la tecla y la intuición me ha llevado a hacer mis pesquisas ante personas cuya sabiduría nunca pondría en duda.
En primer lugar, me recuerdan, debemos tener en cuenta que pasodoble es cualquier melodía compuesta en compás de 4×4 (o compasillo) y que tiene ritmo de marcha, que es por lo que se les toca a los toreros cuando hacen el paseíllo y a la tropa.En Cádiz es algo que se lleva en las venas y por tanto no tiene una definición exacta al no existir una regla que defina su estructura; pero sí que se sujeta (o debería sujetarse) a una norma estética basada en lo que empíricamente ha dado resultados extraordinarios durante décadas. De modo que, basado en eso, igual que me han dicho, te digo que de las cintas que te he mandado, escuches una que se llama, creo, «Chirigotas de Cádiz» y elijas el pasodoble de «Los gorilas». Observarás, al escucharlo, que tiene tres partes bien definidas; una que va desde que empieza: «En el barrio de la Viña, han puesto luces extraordinarias…» hasta que llega un verso que dice: «…Es el estado de sus fachadas». A partir de ahí, la melodía da un cambio, pero, a pesar de eso, lo que suena a continuación sigue teniendo cohesión con lo anterior: «Qué pena de calle tan bonita…» Ahí empieza lo que sirve de transición entre la estrofa del principio y el «trío», que es donde se produce el segundo y definitivo cambio. Observarás, después de escucharlo varias veces, que los cambios de melodía son tan sutiles que el pasodoble, a pesar de dividirse en tres partes, en ningún momento pierde su redondez; y que lo que se llama «trío» lleva aparejada su resolución, o sea, el final. Así de sencillo es…Y así de complicado, según me cuentan.
La persona que me ha desmenuzado el pasodoble para que entendiera cómo es, me dice que no hay que decir que todo lo que no sea esto no es pasodoble; porque no hay que olvidar que son coplas para el Carnaval y éste es libertad, pero sí me recuerda que la mayoría de estas coplas se hacen para un concurso en el que lo que se valora es un repertorio en su conjunto y la música, al ser vehículo único de diferentes letras, está pensada para que sea aprendida por todo tipo de público y en poco tiempo, luego debe estar compuesta con melismas sencillos y que siempre recuerden su cuna.
No sé si te servirá todo o algo de lo que te he explicado; cuando me encuentre contigo en nuestro Puertollano amado, procuraré ofrecerte todas las explicaciones que me pidas. Me interesa que tú también aprendas a vibrar con una copla de Cádiz para no ser yo el único loco allí.
Un abrazo.