El intruso de Germán

El piorró José Landi

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Vaya por delante: algunos de los mejores ratos de nuestros mejores años tienen escenario común y eso crea un parentesco civil indivisible. Pero además, creo que disfruta con lo que hace, contagia cariño hacia el Carnaval, lo sigue, lo estudia, lo conoce y lo comparte, que se equivoca muy poco y no se borra nunca. No es (nada) guapo, como la gran mayoría de los que le ven, y tiene una voz aguardentosa, particular. Su risa, nerviosa, puede irritar. Pero no trata de provocarla en nadie, sólo le estalla en la cara. Quizás se acelera, pero con un micro en la mano es mucho mejor que ser un palo soso y envarado. Profesionalmente puede parecer un intruso pero, en el mejor sentido del término, sólo es un joven experto en esto, de esos a los que los medios recurren cuando deben transmitir cualquier evento que precisa especialización por minoritario, localista o complejo (frontón, jotas, ajedrez, baloncesto, carreras de galgos…) así sea en una tele local o en la BBC. Adora lo que hace, cuando le ven y cuando no, sin apellidos, padrino pijo, ni red, a cambio de mucho menos que otros que no aman este rollo ni la vigésima parte. Si todos adoptasen su postura, cada cual en lo suyo (fontanería, docencia, reciclado de vidrio…), igual tendríamos algo más que gracia. En definitiva, me gusta como cuenta el                 Carnaval Germán García.