CARNAVAL 2017

El Dios Momo revela a Vera Luque el decálogo del Carnaval

El autor se acompaña de amigos para su ágil y entretenido pregón: su chirigota, su cuarteto y el grupo Los Vivos

Por  23:54 h.
El Dios Momo revela a Vera Luque el decálogo del Carnaval

‘Los hinchapelotas’, pero con banda (Los Vivos), asalta la plaza San Antonio, que está a rebosar. La chirigota es puntual. Poco más de las 21.30 horas. Llega para animar a su autor: José Antonio Vera Luque. Encarnado en el Dios Momo, espoleado por su primer premio en el COAC 2017, promete un pregón «bueno». Bromea con que ha cogido de modelo al del año pasado de Carnaval de Pablo Carbonell. Vera Luque ha aterrizado de su planeta rojo para proclamarse Dios del Carnaval 2017. Y «antes de que hagan de mi ropa un cenicero / Y acabe yo más quemao que el hermano del Kun Agüero», se dice la deidad, deja su particular tabla de mandamientos. Están escritos en unas enormes fichas de dominó que entrega a unos peñistas: el Bati, Selu Piulistán y Paco Chouza, un cuarteto que entre 1995 y 2000, bajo la autoría de Vera, consiguió tres primeros premios.

En menos de una hora de pregón, salpicado entre actuaciones de su chirigota, de este cuarteto, el grupo gaditano Los Vivos y parte del coro de los Estudiantes, ‘La reina de la noche’, el Dios Momo que sucede a Juan José Téllez se marca su decálogo para no olvidar:

 

Amarás al Dios Momo sobre todas las cosas

Que tu jefe te llama pa trabajá el sábado de Carnavá  justo a la hora de dar los premios de la Final TÚ pa que ha estao to la noche aguantando en el sofá y aguantando los anuncios, los anuncios, los anuncios, los montajes sencillitos… los diálogos de los presentadores que ya es aguantar, hermano… Cuando den los premios tú te queda a escuchá y que vaya a trabajá un romano

«Yo soy el Dios Momo querido», recita el pregonero, que pide que le quieran por encima del bien y del mal y, sobre todo, «con mucho cante de cositas de este rincón». O sea, el segundo mandamiento:

 

No cantarás cositas de Paco Alba en vano

Mi paciencia es infinita/No es normal que ni me escarde escuchando a los que quieren imitar / El duito de los Cobarde. Pero hacerme un favor, bellacos dejarse de manita en el pecho y si cantamos cositas de Paco Vamo a hacerlo por derecho.

Amenaza el Dios Momo con el infierno a quien blasfeme cantando por Alba y, por si acaso, avisa de cómo se tiene que hacer: «Los que el Dios Momo venera son los que en los años 80 fueron la mejor delantera: Canario, Santos, Villa, Lapetra y Marcelino la del Zaragoza Di Stefano, Puskas, Gento, Kopa y Rial fueron la del Madrid; Venancio, Zarra, Gainza, Iriondo y Panizo, el Athletic de Bilbao; Y McGregor, Mayones, Catalino, Caracol y Pedro Ramos la de Antonio Martín». Y para demostrarlo, su chirigota entona el pasodoble que le dedicaron ‘Los del planeta rojo, rojo, pero rojo de verdad’ al niño de San Vicente en la final del viernes

 

Santificarás las fiestas

¿Dónde? En la calle. ¿Hasta cuándo? Hasta el Carnaval chiquito. Si tú te cree que un perchero es un mueble nada má/ si Guatifó te suena a marca de lavavajillas familiar/ si de los barba tú te piensa que son dos  hispter de esos que se llevan / si Balconetti te suena al malo de una telenovela/ si tu ve a Salvador y ve un dentista namá si las hermana López Segovia o el showmancero o Los que gritan en el juzgao a ti no te suenan de ná/ perdona que te lo diga tú no entiende de carnaval.

 

Honrarás al Peña y al Masa

O sea, al cuarteto. El Dios Momo, antes de ser laureado chirigotero, lo fue también de esta modalidad, como entonces, ahora también en horas bajas. Con sus compiches de la peña mirando y dispuestos a cantarse unos cuplecitos, Vera Luque recuerda: «Encadenados, Los Pejigueras y Doble o Nada/ Ole viva la gracia Eso si que es una trilogía/ y no la Guerra de las Galaxias». 

 

Matarás

No es que sea un dios malvado, no. Momo quiere que se mate a la gente de risa a base de cuplecitos, o con un pasodoble de pellizquito. En este mandamiento central, el quinto, Vera Luque se extiende. Aunque sepa que la chirigota es «la perfecta modalidad», montarla puede agobiar: totá que en verdá ya uno no sabe ni lo que tiene que hacer metemo pito en el pasodoble? Hablamo en mitá del cuple? Vamo vestío chungo? Vamo vestío de pret a porter?

 

Cometerás actos impuros

El Dios Momo, algo nostálgico, conmina en este mandamiento a ligar. A irse a filtrear a la carpa del Carnaval: Es un sitio con ruido, con humo, frío y humedá/ Las copas son supercaras/ La música no vale na/ El ambiente es chungaleta…/ pero todo el mundo va

El pregonero, consciente de la dificultad, da unas instrucciones de como pedir en la barra. Y por si acaso, para completar, su chirigota y Los Vivos salen a cantar ‘Camarero’…

 

No harás el chufla en Carnaval

O lo que es lo mismo, la unión del séptimo y octavo mandamientos de la tabla del Dios Momo: ni robarás, ni darás falsos testimonios. Pone rojo, rojo, rojo, pero rojo de verdad Vera, quien zascandilea un sábado de Carnaval. O el que para disfrazarse se pone «una malla apretá y unos ‘carsoncillos’ por fuera». 

Aquí se viene a escuchar y no a beber: Que cuando vas a coger el coche/ resulta que de la nada/ te encuentras a una chavalita en postura encorvada/ Joe que te da hasta apuro/ Esa es su intimidad/ Aunque la criatura esté meando/en medio de la Catedral. 

Pero a todo le saca lo bueno Vera, que para contrarrestar el malestar, saca a su chirigota y a Los Vivos a cantar el pasodoble de ‘Las meonas’ de ‘Los makina’.

 

No consentirás pensamientos ni deseos impuros

Viene de los anteriores. Porque quiere Momo que la gente beba y se divierta: «pero bien». Y le sirve para hacer su homenaje al coro, esencia del Carnaval de Cádiz. Habla de la «perfecta figura» de los coristas, «morsegando desde las alturas», y se adelanta: que al Dios del Carnaval no le vayan a achacar los deslices. Por más que inciten sus letras, como el tanguillo de ‘La plastilina’ ‘Tengo dos novias bonitas’ que el coro revelación de este COAC, ‘La reina de la noche’, se encarga de interpretar. 

 

No codiciarás los pelotazos ajenos

Dios Momo es también profeta. Visionario. Y le gusta más mojarse que quemarse. Su último mandamiento ha de suponer para muchos una lección de humildad. Lamenta el pregonero que la avaricia sea la enfermedad del Carnaval, que por un primer premio te vuelvan la cara oque no pueda ser la chirigota algo profesional porque entonces no se les deja expresar. Para Vera Luque, como no otra fiesta igual que el Carnaval, a todo Cádiz no le queda otra que empezarla a cuidar. Y si al punto hay que llegar/ de reformar un poquito las fechas para poderla mejorar/ ¿Por qué no abrir el debate/ Y que hable la ciudad?/ Que sería una maravilla/ esta fiesta tuya y mía/ si entre medio siempre pilla/el día de Andalucía