Drexler: «Me fascina el nivel poético e interpretativo de las chirigotas»

XXVI Festival Iberoamericano Manuel de Falla de Música

Por  18:04 h.

Sólo es un ‘cancionista’ que escribe sus propias canciones. Un artesano del lenguaje, que elige minuciosamente cada una de las palabras que articulan sus versos. Tampoco se siente poeta, pero nadie puede dudar de la enorme calidad literaria de sus composiciones. Dice que le viene de familia, que sus padres estaban igual de preocupados por la ortografía que por su salud dental. Ahora, desde el balcón de su piso madrileño en el barrio de Chueca, Jorge Drexler paladea uno de sus periodos vitales más exultantes. Eso sí, no se sacude la melancolía, tan propia de su Uruguay natal. Enamorado de los Carnavales de Cádiz, el músico ganador de un Oscar no disimula el entusiasmo que le produce subirse a las tablas del Falla. Será este viernes, dentro del Festival Manuel de Falla, cuando desarme su última joya, ‘Amar la trama’. Un álbum que le ha devuelto la luz.
–«Amar la trama más que el desenlace», dice la canción. ¿Encierra un mensaje filosófico o existencial?
–Habla de disfrutar más del proceso que del punto de llegada de las cosas. Es una reflexión común en nuestra especie. Lo que importa es el presente, el trayecto.
–Recuerda a ‘El camino’ de Kerouac.
–Sí, cada vez que hago una entrevista siempre me aportan algún significado que yo no había asociado. Me han dicho que recuerda a Machado, al ‘carpe diem’ de Horacio. La verdad es que no es una idea original pero lo que importa es cómo está dicho y no la originalidad del contenido.
–Ha grabado el disco a la manera que lo hacía Sinatra…
–En realidad él grababa con todos los músicos juntos, pero no con público. Eso surgió después. Yo lo adopté porque me di cuenta de que los músicos tocan diferente cuando están delante de gente. Grabamos ante veinte personas que nos mantuvieron en alerta.
–Este disco es más rico desde el punto de vista instrumental, ¿ha dicho adiós a la electrónica?
–No es una cuestión de riqueza lo que diferencia el uso de la electrónica del de los vientos. Sólo quería que el disco no estuviera hecho por un artesano, sino por un grupo de personas tocando al mismo tiempo. Para eso necesitaba instrumentos elocuentes como los vientos.
–Este álbum es más luminoso, más parecido a ‘Eco’ o ‘Sea’ que al anterior, ‘12 segundos de oscuridad’. ¿Dejó atrás la oscuridad?
–Este también es un disco melancólicos, como los anteriores. Es verdad que ‘12 segundos’ tenía una melancolía más oscura, la de ‘Amar la trama’ es más luminosa. Sin ocultarla, la asume y trata de incorporarla al milagro de vivir.
–Aun así, usted ha dicho que el optimismo no se le da muy bien…
–Ni el optimismo ni el pesimismo. Este disco está centrado totalmente en el presente. Especular sobre el futuro no es algo a lo que le preste atención. El optimismo es una manera de postergar el presente y no estar conectado del todo con lo que pasa ahora. Pero el disco no es tan filosófico, es musical, con letras que hablan de obsesiones, pero no tengo intención de hacer filosofía.
–En un tema dice que «las musas huyen si las asedias, y otra canción que va a quedar a medias». ¿Le ocurre mucho?
–Que va. La canción habla de que lo importante es el proceso de hacer una canción en sí mismo, más que el punto de llegada.
–Pero ha declarado que se obsesiona mucho cuando le cuesta acabar una canción…
–Me pone de los nervios. Por eso no compongo mucho. Una vez cada dos años me pongo y hago un disco entero. Me lleva unos días coger el ritmo pero luego hago casi una canción por día. En ese periodo no suelo ser muy buena compañía, suelo obsesionarme con lo que estoy escribiendo, me atranco si algo no termina de salir o me pongo eufórico si encuentro una canción nueva. Me gusta más tocar en directo que componer.
– ‘El Telón’ tardó seis años en acabarla. Todo un parto.
–Sí, fue la primera que empecé a escribir y la última que terminé, la acabé cuando estábamos grabando ya. La dejé almacenada porque no veía la forma de terminarla y no sabía qué hacer con ella. Luego la encontré en un cuaderno viejo y la terminé de escribir en Lisboa, seis años después.
–Algunas canciones están compuestas en Brasil, Portugal, Marruecos… ¿se inspira más cuando viaja?
–No. Junto a las canciones suelo poner la fecha y el lugar donde las escribí, lo hago para recordarlo. Donde me gusta escribir es en una mesa, con un cuaderno, un boli, un grabador y un ordenador y eso puedo encontrarlo en cualquier lado.
–’Noctiluca’ está dedicada a su hijo pequeño.
–Sí. Las noctilucas son unos protozoos que emiten fosforescencia en el Atlántico Sur. Son como luciérnagas de mar y las noches de noctilucas el mar fosforece, es impresionante. Lo que cuento en la canción pasó de verdad. Cuando estaba escribiendo ‘12 segundos de oscuridad’ me perdí al volver a la casa donde vivía, en un lugar muy aislado. Fui a dar al mar y estaba brillando. Lo interpreté como una señal de que en medio de un momento oscuro de mi vida, algo bonito estaba por ocurrir.
–Huye del término cantautor y se define como cancionista.
–Cancionista es alguien que hace canciones. Cantautor no me gusta como suena y está cargada de tantos significados…Nadie llama cantautor a Sting, ni a Kico Veneno.
–El disco tiene un par de canciones que recuerdan a Javier Ruibal.
–Es uno de mis cancionistas favoritos. He tocado mucho ‘Toíto Caí lo traigo andao’. Tocar en el Falla es muy especial para mí porque he ido varias veces al Carnaval y la conexión que tiene con el uruguayo me ha marcado mucho. El nivel poético e interpretativo de las chirigotas me fascina.
Madrileño de adopción
–Dice en una de las letras que no se siente de ningún sitio. ¿Ni siquiera de Madrid ahora que vive allí?
–Sí, el disco es muy madrileño. Lo que diga en las canciones no es excluyente. La canción es más existencial. Es una sensación abstracta. Claro que me siento uruguayo y madrileño. Pero el tema habla de nuestro paso por la vida. Tiene que ver con que la vida es un trayecto.
–Ahora vive en Chueca, ¿le gusta acercarse a Libertad 8, donde tocaba cuando no era famoso?
–Sí. Es un bar que quiero mucho.
–¿Echa de menos los conciertos íntimos en lugares pequeños?
–Me gustan los bares y también los auditorios. La intimidad y lo que se disfruta de un recital tiene poco que ver con las dimensiones del recinto. Hace poco estuve una noche tocando en Libetad 8 con Fito Paéz hasta las tantas. Fue increíble.
–¿Un punto clave en su carrera?
–Muchos. Cuando decidí sacar un disco. Hasta que no lo ví en la calle no asumí que había podido ser capaz de hacerlo. Fue un paso importante.
–Ha colaborado en el último disco de Shakira. ¿Qué tal la experiencia?
–He coescrito todas las letras en castellano de su disco. Me atrajo porque era algo distinto a lo que hago. Shakira es una artista que sabe muy bien lo que quiere. Fui para aprender cómo se escriben las canciones pop.