¿Cuál será la raza humana de to mis antepasaos?

Enrique Villegas, patriarca de la saga más longeva del Carnaval, retorna esta noche al concurso de Falla a sus 83 años

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Cuál será la raza humana de to mis antepasaos, pa que mi alma esté sana estando medio esmayao. Era el comienzo de la presentación de la comparsa Braceros de Pueblo, una de las muchas joyas que Enrique Villegas dejó para la posteridad en el Carnaval de Cádiz y que se llevó un más que merecido segundo premio en el concurso de 1985.  Aquel tipo de jornaleros, como otros muchos, aún permanece en la memoria de los buenos aficionado sin amnesia y aquella letra de la presentación bien se podría aplicar al genial autor nacido en Ayamonte. Porque lo suyo debe venir en los genes y ya su padre hacía sus pinitos con las letras, pues no en vano ejercía como periodista y era un excelente orador.
Hablar de Enrique Villegas es hacerlo de María Concepción, su  mujer y de María Concepción, José Enrique, Manuela, Fernando, María de los Ángeles, Isabel, Francisco Javier, Juan Ignacio, Juan Miguel, Salvador,  María Dolores y José Antonio, sus doce hijos. Si  a todos ellos les hubiese gustado tanto el Carnaval como al maestro hubiesen podido hacer una comparsa, pues reunirían el mínimo y el máximo exigido para cantar sobre las tablas del Falla. Está claro que a todos no les iba a gustar por igual, pero también está claro que iba a ser difícil conseguir que les apasionase a tantos. Pero se consiguió.
La infancia en la familia Villegas fue la propia de la época, sólo con la diferencia de que se debieron tomar muy en serio aquella película de Alberto Closas, pero sin padrino. Las penurias de los tiempos obligaban a hacer verdaderas cabriolas para llegar a fin de mes y con tantas bocas que alimentar mucho más. Aunque debieron estar bien criaitos todos aquellos niños que, en su mayoría, además de utilizar la boca para comer después lo hicieron para cantar.
Beatles
Si hay una acontecimiento en el mundo que cambió el panorama musical fue la irrupción de Los Beatles. Sin embargo a los Ringo Star y compañía le salieron pronto unos competidores de lujo. La verdad es que George Harrison no les quiso dar mucha credibilidad en principio pero cuando se enteró de que cantaron una vez hasta en Puerto Rico empezó a asustarse más. Pero le engañaron porque no cantaron una vez, sino hasta unas pocas. Como recuerdan sus hijos «les buscaban por todos sitios, eran unos referentes obligados. Algunas veces les llamaban para ir a Madrid una semana, pero después se pasaban cuatro». De hecho, hay que recordar que ha sido la única agrupación que ha dado tres veces la vuelta a España.
En la distancia los hijos lo llevaban como podían. Como reconocen sin pudor ellos se hicieron hombres con su madre y con su abuela y al patriarca lo veían menos que McCartney a su familia. Pero no les importaba. Lo único que de verdad les enfadaba era que su padre coincidiese con las estrellas de Hollywood en Puerto Rico y nos le trajese un autógrafo.
Lo curioso es que mientras su padre y Los Beatles alcanzaban cada vez mayor fama esa repercusión cruzaba el Atlántico y llegaba hasta Cádiz. Y los profesores de música captaron el gancho rápido e impusieron a los hijos que en las clases cantaran el pasodoble de las regiones de España. Además les pedían que no desafinaban. Y allí estaban las criaturitas haciendo sus pinitos y sin rechistar que ya sabíamos como se las gastaban en la época. Eso sí tenían que ser muy revoltosos porque en las filas de las misas del Colegio los separaban con respecto a los demás. Pero como cuentan con mucha ironía gracias al Carnaval incluso empezaron a conocer el casco antiguo de Cádiz.
Pero está claro     que Los Beatles sólo fue una obra maestra producto de un maestro que bebió en las fuentes de otro maestro. A Enrique Villegas no se le caen los anillos en reconocer que el conocimiento de Paco Alba y El Quini le marcó para siempre. Y en esta vida carnavalesca tener como amigo al genio de Conil es garantía de éxito. Con la timidez propia que siempre le ha acompañado se colaba en los ensayos y se ponía a escuchar y a anotar en la última fila.
Un coro
Su primera agrupación que pasará a la historia fue un coro, Los del celeste imperio, que, por una extraña razón que nunca se supo, iban vestidos de chinos. Curiosamente ha sido la única agrupación en la que ha salido el gaditano de Ayamonte. Después colaboró con algunos otros coros hasta dedicarse de pleno a la comparsa, su verdadera pasión. Pero nunca se planteó volver e incluso tuvo épocas de desengaño Siempre ha entendido el Carnaval de una forma muy peculiar y huye de toda la mediatización que rodea actualmente a la fiesta.
Pero hay vida después de Los Beatles. El conocimiento en Chiclana de Antonio García El Alemania marcó su vida y montó un grupo en Cádiz bajo la denominación de Los faroles de la Alameda, germen de los futuros Quince piedras, de los que en 2009 se cumplen 25 años. Y así hasta Pescadores Fenicios donde decidió retirsarse hasta casi nuestros días. Pero, por entonces, sus hijos habían tomado ya un protagonismo tal que el apellido en ningún caso se iba a perder en el Falla.