Chatín se queda con las ganas

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El asado viernes comenzaba el COAC 2010. Como viene siendo habitual desde hace algunos años, dicho concurso, se va dedicando a una persona, efeméride o evento carnavalesco. Enrique Villegas o la copla Los duros antiguos, de El tío de la tiza, son una muestra de pasadas ediciones.
En este sentido, la elección de este año no ha podido ser más acertada. En el cincuenta aniversario del nacimiento de la comparsa, este honor ha correspondido a la primera agrupación oficial de dicha modalidad: Los pajeros de Paco Alba.
Por tal motivo se ha editado un cartel oficial, a la vez que el pasado viernes, en el pistoletazo de salida del concurso, se homenajeaba a dicha agrupación con la asistencia de los dos únicos supervivientes que quedan entre nosotros de la misma: José Rodríguez ‘Chatín’ y Manuel Márquez ‘Lolo’. El primero había sido componente de varios coros antes de dar con Paco. El segundo ya había salido con el Brujo el año anterior (Las huestes de Don Nuño). Durante el acto de homenaje Chatín se dirigió al público indicando que se sentía todavía capaz de entonar aquel pasodoble.
Palabras que llamaron poderosamente la atención al respetable. Algunos incluso creímos que el veterano comparsista rompería al final con el frío-protocolo del acto, y volveríamos a escuchar aquello de Es mi burrillo Lujero… o Porque a Dios le dio la gana…
Pero no. El telón bajó como subió. Con ese forillo negro de fondo que parece que anuncia la llegada al Falla de la IV Sinfonía de Beethoven, en vez de un homenaje a dos buenos comparsistas de Cádiz. Paco Alba y sus Pajeros, a la vez que cualquier carnavalero homenajeado en el Falla, merece un acto más acorde con la fiesta, menos rígido, a la par que, si el momento lo pide, dejar rienda suelta a la improvisación.