La comparsa 'El perro andalú' brilla en una gran noche en la que destacan Pastrana y Bizcocho.

Carnaval de Cádiz

Carnaval de Cádiz: el orgullo de ser andalú

La comparsa de Antonio Martínez Ares provoca una catarsis en el aficionado a su paso por las tablas del mítico Teatro

Por  3:01 h.

Noche eterna que se esfuma en un instante. Dicen que fue un sueño. La comparsa de Antonio Martínez Ares provoca una catarsis en el aficionado a su paso por las tablas del mítico Teatro. Su leyenda pasada y su rebeldía presente, la magia de sus letras, el hechizo de la música y el poder de las voces provocan una sensación que profundiza en el terreno de la emoción y lo irracional. Tras el mensaje existencialista de ‘La eternidad’, desciende al fango de la crítica política y social y pregona el orgullo de ser andalú. Sobran argumentos, sobra la z, faltan arrestos para atender y defender a la lengua andaluza como proclama en su primera letra.

 

Su perro enseñaba los dientes en su presentación y ahora suelta la primera dentellada. A este sabueso sólo le falta gracia y el ángel en los cuplés, únicamente se dedica a morder. La comparsa sobresalía en el trío estelar, con la chirigota del Bizcocho causando sensación con un nuevo golpe de efecto y el coro de Pastrana batallando en busca de su objetivo. Ambos sin brillo. Más emocionaban los ‘peques’ del cuarteto que desprenden una alegría revitalizadora para esta castigada modalidad. El sello lacrado de OBDC rubricaba una sesión inolvidable.

 

1.- ‘Y sin embargo, te quiero’: El coro de Paco Mora mejoró notablemente su actuación en preliminares. Dos tangos de enorme categoría, para competir con los mejores. Ambos, de una enorme carga crítica. A la absurda guerra de banderas entre los vecinos de Cádiz y al obispo por su presunta especulación inmobiliaria. El grupo cantó con rabia, enfurecido, queriendo demostrar que merecen estar en semifinales.

 

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2.- ‘Érase una vez… la chirigota’: La idea prometía pero el desarrollo no ha funcionado. Unir los dibujos animados con las chirigotas más conocidas de la historia del Carnaval… Si a eso se le unen pasodobles de difícil seguimiento y cupleses cortitos, el resultado no es el esperado. Crítica al Kichi y petición a las carnavaleras que se animen con la chirigota.

 

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3.- ‘OBDC, el joven obispo’: La comparsa de Germán G. Rendón compite con su mejor arma: las letras. Pese al titubeo inicial, el grupo mejora en el pasodoble y deja atrás los nervios del estreno para firmar una actuación soberbia. La conexión con el público fue total, que hasta la despidió puesto en pie quizás por primera vez en su historia.

 

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4.- ‘El trío’: No sólo hubo confirmación, sino que fue superación. La parodia de estos cuarteteros mejora a la de sus antecesoras con las que lograron primeros premios. Su arte en escena es tremendo, insuperable, pues además el equilibrio entre los tres componentes es elogiable y traza la línea a seguir. Este año llevan un buen repertorio, pero si acaso decae en algún instante cuentan con arte para levantar lo que haga falta. Para no perderlos de vista hasta la final.

 

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5.- ‘No te quemes todavía’: El Bizcocho y su grupo tienen una capacidad grandiosa y un ingenio inigualable para ir compitiendo y ganando opciones en el Concurso partido a partido. Como apenas llevaban de inicio la presentación y el popurrí, todas las letras son frescas y eso se agradece. Esta vez han contado con el refuerzo de Macario, la nueva estrella del Carnaval. Lo único: no fue la actuación estelar de las últimas cuatro comparecencia. Pero de sobresaliente se quedan en notable.

 

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6.- ‘Los chimenea’: Un fijo en la final de este año, como en la del año pasado, el anterior… La afinación del coro es brutal, suena con muchísima potencia y sin fisuras, todos al unísono. Es su sello, su mejor aval: nadie destaca más que el colectivo. Crítica feroz al alcalde de Cádiz en su tango. En el popurrí mantuvieron el altísimo nivel de preliminares.

 

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7.- ‘La cumbre’: Corroboraba las excelentes sensaciones de preliminares. Buen grupo y originalidad en las letras, tal vez le falte un pelín para entrar en el selecto grupo de los mejores. Gran segundo pasodoble, de los que emocionan, a un hijo autista, interpretado a capella. Peores los cuplés y buen popurrí para poner el broche.

 

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8.- ‘Los que se meten en todas las conversaciones’: Le quedaba grande esta segunda fase. Con el teatro expectante, de teloneros de Martínez Ares, no aprovechaban la oportunidad debido a unos pasodobles impropios de cuartos. No tenían su noche tampoco en el apartado humorístico.

 

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9.- ‘El perro andalú’: Poco más queda decir de Don Antonio. Que compite contra sí mismo y contra el gusto particular de cinco vocales. Pero que nadie podrá discutir que su comparsa tiene categoría para alcanzar el cielo. Primer pasodoble duro, contundente, en defensa de la lengua andaluza contra aquellos incultos que la atacan. El segundo relata la historia de un cura que se ha enamorado de una mujer que, curiosamente, se llama María. Cuplés buenos en su desarrollo pero desastrosos en el remate. Hasta él se ríe de ello. El popurrí cuesta digerirlo por la extrema información hasta su ecuador, donde ya todo marcha cuesta abajo. Sensacional.

 

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