Los invencibles

Por  0:00 h.
Los invencibles

Localidad: Cádiz
Antonio Martín García
Año 2014: Los hippytanos

PASO POR SEMIFINALES

San Benigno:
No hay descanso en el templo de las coplas, pero es que tampoco lo queremos. Si viene la comparsa de Antonio Martín después de la de Martínez Ares mejor ni respirar. Esta comparsa es deliciosa, desde el tipo hasta la música, desde la presentación hasta el popurrí. Cantan con todo su sentimiento el primer pasodoble, dedicado a la mujer trabajadora. Cuando cumples veinte años te cierran todas las puertas, quién ha visto trabajando a una mujer inexperta. A los treinta de nuevo la rechazan por estar embarazada. A los cuarenta, casa y trabajo a la vez. A los cincuenta no es más que una señora camino de la vejez. No hay leyes que amparen a la mujer, las leyes de igualdad son la vergüenza más grande que pesa sobre el gobierno. Una mujer hoy en día, para que la escuchen tiene que estar muerta. La segunda copla es para su nieta. Hace cuatro meses que no le lee ningún cuento antes de dormir. Hoy le canta uno que le guardaba, como a su madre cuando le esperaba. Esta noche, aunque le lleve al fracaso, compondrá este pasodoble a la niña que más quiere. Hoy Antonio Martín cambia los aplausos por el orgullo y el cariño de su nieta. Lo mismo hizo con su madre, su rayito de luna. Regular la tanda de cuplés. Pues no ha sido hoy su mejor día, pero Martín tiene muchos tiros dados y a esto aún le queda mucho.

El Maligno:
No me parece que la visión que se da de la mujer en el primer pasodoble sea real. No ya. No al menos en una mayoría de mujeres.

PUNTUACIÓN: ***

Antonio Muñoz de la Vega

PASO POR CUARTOS DE FINAL

San Benigno:
Invencibles, imprescindibles, incombustibles, impresionantes. Antonio Martín nunca falla. Es un valor seguro, como demostró en su pase de Preliminares. Y en esta sesión de Cuartos de Final volvió a dar cuenta de una calidad indiscutible. Ya la presentación comienza con unos acordes maravillosos que anticipan una melodía excepcional. Las voces acompañan y la magia se produce. No hay quien calle a estos soldaditos de plomo, como las coplas cuando las canta Cádiz. El primer pasodoble es para Andalucía. No saben tus poetas cómo te pintaban cuando te escribían. Este pasodoble está hecho de retazos de coplas inmortales. Tanto como a ti te roban, fíjate qué paradoja, te llaman la bien pagá. Sigue cantando a todas horas qué vuelvan los emigrantes. Eres la falsa monea, la que va de mano en mano y ninguno se la quea. Ay que pena Andalucía, callejuela sin salida, ay pena, penita, pena. Perfectamente construido. Juegan con las palabras en el segundo pasodoble. Hablando de Carnavales vemos cómo en Cádiz se carnavalea los doce meses del año, que hay que ir tirando de alguna manera. No vienen a decir lo que tiene que hacer nadie, que todo el mundo es libre para ir a su aire. Lo que pasa es que a aveces algunos se tienen que prostituir sin que les guste para buscarse la vida. No pretenden criticar por criticar, pero no entienden que se mal use un verbo como carnavalear. Carnavalear es pisar Cádiz en febrero y en la plaza de las Flores emborrachase de tangos. Carnavalear en Cádiz es perderte por sus calles detrás de una chirigota y al compás del 3×4 ir recorriendo peñas entre vinos y entre coplas y colarse en La Viña regalando las coplas de Cádiz, nunca pasando por taquilla. Una letra que toca de lleno una iniciativa pionera en el Carnaval gaditano como es Carnavalea, en la que afamados autores se reúnen con aficionados para explicarles el proceso creativo de las agrupaciones y compartir momentos de cercanía. El primer cuplé es para la recomendación de la OMS de no comer carnes rojas. El otro, para lo difícil que es aclararse en la rotonda del segundo puente. El popurrí es un prodigio musical.

El Maligno:
Martín le da caña a Carnavalea, en cuyo cartel no aparece. Ahora bien, ¿qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Le dará coraje o es cuestión de principios?

PUNTUACIÓN: ****

Antonio Muñoz de la Vega

PASO POR PRELIMINARES

San Benigno:
Esto es un no parar. No se puede aguantar tanto arte en una noche y don Antonio Martín viene, regresa, para subirnos del foso al Paraíso. Precioso tipo de soldaditos de plomo que despiertan a la vida con la llegada de la noche. Son los que mandan aquí, que se pare el mundo entero, que cuando ellos juegan pueden ser invencibles. Se sienten invencibles cuando te ven reír, como un niño libre para soñar, como el ímpetu del viento y el mar mientras exista la magia entre tú y yo. Que la vida sea un canto a la alegría. Invencibles como el pueblo cuando se echa a luchar. Como las coplas que nacen del fondo del corazón, que cuando las canta Cádiz no las calla ni Dios. Sorprende Martín con el estilo de la presentación, que suena de maravilla. Lo mismo que las notas que salen de la guitarra de Pacoli para introducir el primer pasodoble. Esta noche sin remedio volvemos a vernos los dos frente a frente, como en los mejores tiempos, los dos pretendiendo a Cádiz. La fortuna quiso repetir la historia, la pelea, para decirnos cara a cara quién se queda a esta mujer que es Cádiz. Aunque ahora somos amigos no te confíes chaval y oye bien lo que te digo, con una mujer por medio de todo puede pasar. Pero no nos confiemos, porque hoy otros copleros que mientras luchamos nosotros a Cádiz vienen rondando y no quiero ni pensar que se enamore de otro y podamos terminar llorando por Cádiz loquitos, locos. Increíble. En la segunda letra encienden la radio, que empieza el concurso del Falla. Sus locutores cuentan lo que acontece y parece que estoy soñando. A través de la emisora los aplausos qué bien suenan. En mi cuarto me imagino que estoy en el camerino rodeado de buena gente. Las dos de la madrugada y solo en la oscuridad se me olvida todas las noches que estoy en un hospital. Ya se abrieron las cortinas, la primera copla suena y en el alma ese pellizco. Las ondas me permiten vivirlo como si estuviera allí. Si un mal día no dejaran entrar las radios en el Falla no podría soportarlo, que cada noche en febrero yo vuelvo a nacer de nuevo gracias a la magia de la radio. Cuplés para el sastre del Kichi y los juguetes tan modernos que traen los Reyes. Alarde de voces en el popurrí. Antonio Martín sigue jugando con el público con un talento que impresiona y esta vez dando cariño a los rivales y compañeros. Como dijo aquel, sigue reinventándose cada año. Se nota que la compañía le ayuda.

El Maligno:
Los cuplés no son el fuerte de estos soldaditos, por lo menos hoy.

PUNTUACIÓN: ****

Antonio Muñoz de la Vega