Localidad: Cádiz
En 2014: No participó
Fase Preliminares:
San Benigno: La chirigota del Mentidero llega con un tipo de hippies que se ganan la vida vendiendo pescado. Pom, pom, chipirón. En el primer pasodoble cuentan que se sienten extraños pisando las tablas del Falla a pesar de vivir a diez metros y de llevar concursando desde infantiles. Cuatro meses ensayando y solo les trae disgustos la chirigota, y encima viene una de Fuengirola y les saca quinientos puntos. Pero ellos no se cansan y seguirán a pesar de todo. La segunda copla es para ese niño que llegó al mundo, a su mundo, con la crisis bajo el brazo. No saben cómo van a tirar palante en este país lleno de corruptos y mangantes. Pero esa carita que ven todas las mañana es lo que les motiva para levantarse. Que no se preocupe la criatura porque su padre esté parado, que por él es capaz de dar bocados. Además ese niño ha nacido en la tierra de la alegría, la que le faltaba a esta casa hasta que tú entraste en ella, vida mía. Cantan en el primer cuplé a la comparsa de Antonio Martín y a la espantada de algunos de sus componentes. Estribillo a Cádiz, la pescadilla que se muerde la cola. El siguiente cuplé va para la falta de trabajo para los gaditanos en el segundo puente. Terminan mandando a Teófila a un lugar innombrable para mí. Terminan como hay que terminar, con el popurrí.
Don Maligno: Empezó mal la chirigota, con una burda imitación de la vecina pescadera del agente Torrente pregonando su mercancía. El resto del grupo, con un tipo muy poco trabajado y situado muy atrás. Apenas se les escuchaba. Y ya sabe que lo que mal empieza… En el primer pasodoble demuestran una especie de racismo chirigotero. Les da coraje que las de fuera sean mejor valoradas que la suya, ¡que es del Mentidero! Gran bastinazo en el segundo cuplé, en este caso con racismo laboral. El popurrí tampoco remonta. Intentan ganar puntos con la presencia de Paquito el del Mentidero, pero no hay manera. El pescado huele.
Puntuación: 0
Antonio M. De la Vega