Los hombres de negro

Por  0:00 h.
Los hombres de negro

Comparsa/Cádiz
Letra: José Manuel Cardoso Romero y Antonio Rivas Cabañas
Música: Raúl Cabrera Fernández y José Manuel Cardoso Romero
Paso por Preliminares

Puntuación: ****
San Benigno: Se abren las cortinas y siguen dando declaraciones a los periodistas los componentes del coro anterior. Y mientras, los tramoyistas trabajan a destajo para preparar el escenario. Ellos son los hombres de negro. El día que se harten y monten una comparsa se van a enterar más de cuatro de lo que suelta su garganta. Esto es sencillo, sólo sentimiento, sin más pamplinas. El día ha llegado, y menos mal, porque esta comparsa tienen pinta de que la va a liar, la va liar. El conjunto de voces es de Champions: Piojo, Soleta… Y Nico, que demuestra que es un artistazo. Como no ha venido la agrupación que tenía que cantar se animan ellos con una cosita que tenían medio ensayada. Así llega el primer pasodoble. Una música preciosa les sirve para enmarcar una letra de agradecimiento por el año vivido después de ?Los válidos?. Cambian de autor, pero siguen siendo la remolinera. Detallazo de Antonio Rivas. Mereció la pena luchar por la causa de los discapacitados. La segunda copla para los que no están, pero sólo echan de menos a los que no están porque no pueden. Echan de menos a Pedro y a Joaquín. Quedarán sus coplas, que este teatro nunca olvidará. No merece la pena hablar de lo demás. Fantástica. La mejor letra para este tema hasta el momento, y han sido muchas. Un cuplé para la bajada que les dio cuando el Remolino les dijo que no iba a escribir nada. Entonces llamaron a Rivas. Y si se mezcla a los dos sale el retrato de Pansequito. Otro cuplé a la declaración de ayer mismo de la infanta, que no se entera de nada, pero queda claro que sabe hacerse la tonta más que su padre y más que su hermana. Ellos mejor que nadie saben que todo pasa, pero siempre quedan los hombres de negro. Desde luego en este Concurso les queda mucho. Gran popurrí. Gran comparsa.
El Maligno: Anda, resulta que los diarios son una plaga. Es verdad, los periodistas son muy malos. Como el que ha escrito lo de antes que, por esa regla de tres, no tiene ni idea.

Paso por Cuartos de Final

Puntuación: ****

San Benigno: Cierra la noche uno de los platos fuertes. Una vez superada la sorpresa del tipo lo cifran todo a las coplas. La presentación, como la definiría yo… un bastinazo. Vamos con los pasodobles. La primera letra se la cantan a un joven que va por primera vez a su nuevo trabajo. Antes de irse se mira al espejo, por fin se siente un hombre honrado, con su trabajo nuevo después de cuatro años parado. 800 euros y tres meses, pero no va a lamentarse. Sólo quiere verse realizado, volver a su casa cansado. Solamente hoy se siente feliz por volver a trabajar, se siente más fuerte y más hombre que nadie. Ya tendrá tiempo de pensar que dentro de tres meses se verá otra vez en la calle. El segundo pasodoble, para dos personas que hace cierto tiempo se enamoraron. Quisieron tener hijos, pero dos homosexuales no pueden ser padres y en todos los informes son unos degenerados, que no piensen en adoptar. Dormitorios vacíos, sin despertar de mochila y colegio. En cambio otra familia, aparente modelo, adoptó una niña para después matarla sólo por dinero. Dónde están los que firmaron esos papeles. Cuplés a Cristina Tárrega y a las amantes de los políticos. Me gusta un montón, pero más me gustó el primer día. Eso es así.

El Maligno: Podían haber cambiado el teatrillo de antes de los pasodobles. Si ya sabemos que vais a cantar hombre, no enfriéis al público, que ya es muy tarde. El segundo pasodoble tiende a la demagogia. Lo de que los homosexuales no puedan adoptar está ya un poco desfasado.

Paso por semifinales:

Puntuación ***
San Benigno
Este grupo es otro de los que están compitiendo por todo y su continuidad va a depender de lo que hagan hoy. Para empezar los verdaderos tramoyistas aparecen formando como comparsistas. Pero los echan pronto, porque hoy los de Rivas ya llegan con el tipo puesto. Y ahora sí, empieza el verdadero espectáculo, el de sus voces. Impresiona la presentación. En el primer pasodoble se aparecen en los sueños de su mujer. Vienen desde el cielo para consolarla por lo que está sufriendo al ver en la calle a esos demonios que le robaron todo y ahora salen de la cárcel. Mira para adelante por mi memoria y por tus hijos. No quiero lágrimas en tu cara cuando despiertes mañana, que esa será la forma de ganar la partida. Dale besos a los niños y diles que desde el cielo su padre les cuida. Una letra más para la doctrina Parot, desde una perspectiva diferente. En el segundo pasodoble dicen que puede que esta noche termine el sueño de un tramoyista, el suyo. Por eso quieren aprovechar para cantarle a los compañeros. Mencionan a las comparsas que comparten el cartel de las Semifinales con ellos. Ya está bien de rencores y envidias entre los comparsistas, que se nos va toda la fuerza cantando en esta guerra de los Carnavales. Y eso mientras el mundo se pudre y el país se muere. Que no se pierdan más coplas. Si se acaba el tiempo y este tramoyista no vuelve más, si su nombre no suena entre las elegidas para cantar el viernes, le brindará su aplauso a los compañeros desde lo más profundo de las bambalinas. Pedazo de pasodoble, ojalá sea verdad. Cuplés a Justin Bieber y a los príncipes. El popurrí, igual de bien que el primer día. Buen repertorio. Gran grupo. Máximas expectativas. Las mismas dudas que otras.
El Maligno
Se les ha olvidado el teatrillo. No se echa de menos, la verdad. Es que yo soy más de coplas que de dramas. Ahora, que dramas ha habido, de otro tipo, con forma de pasodoble lacrimógeno.

Paso por la Final:

San Benigno

Se esperaba mucho de esta comparsa antes de que comenzara el Concurso y ha cumplido con creces. Antonio Rivas ha acertado de lleno con el tipo y el grupo, que no sólo ha mantenido el nivel del año pasado con ‘Los válidos’, sino que se ha reforzado con una voz magnífica como es la del Piojo. La apuesta ha sido arriesgada, con la dramatización de su historia de tramoyistas reconvertidos en comparsistas como parte esencial de la misma. Llegado el momento decidieron cambiar su diaria presentación y lo hicieron con acierto, para dejar todo el protagonismo a las coplas. Así han llegado a una Final donde se ve que llegan con ganas de reafirmarse. La presentación es buenísima, puede que lo más destacado de esta comparsa que, por pegar primero, pega dos veces. Se enfrentan de nuevo al examen de los pasodobles. El primero comienzan cantándolo a dúo el Zoleta y el Piojo (componentes de Los cristalistos). Cuentan que los dúos y tríos se han extendido y no entienden que se critique esta moda, qué digan que venden la fiesta para cuatro meonas en una discoteca. Ellos sólo saben que los Carnavales están llegando a sitios donde nunca habían llegado, que han enamorado a toda la juventud. Si suena en una discoteca es una suerte para sus poetas y para un público entregado. No vengan con cuentos, que con esto no se daña al Carnaval. Los tríos están haciendo más grande a la fiesta y a esta tierra. El siguiente pasodoble es para sus recuerdos de las finales del Falla. Esa grabación en vídeo con la que después se aprendían los repertorios de las agrupaciones. Se cantaban las mejores letras, aunque ya hubieran sonado. Pero a un listo se le ocurrió que no se podían repetir. Y eso ha provocado que se hayan cantado letras infumables y grandes mascadas. Piden que vuelvan las finales de cuatro, de cinco o de seis. Y sacan parte del tipo de ‘Los cuenteretes’, ‘Los gallitos’ y ‘Afrika’. Cuplés para la moda de los gin tonics y para esa otra moda en el Concurso de meter letras de última hora. No terminan de convencer, ambos con un remate conectado y medio pepino como nexo. El popurrí perfectamente cantado, como siempre. Está claro que este grupo ya es de los grandes. Veremos hasta dónde llegan.

El Maligno

Están un poco sobreactuados para ser tramoyistas, con lo discretos que son los de verdad. No entiendo esa manía que tienen algunos comparsistas después de cantar una letra de dirigirse al público o a la prensa y gritar eso de: «¡Ahora qué! No hace falta ponerse agresivo para conseguir un aplauso.

ANTONIO M. DE LA VEGA