Los secretos

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Los secretos

Autor de la letra: Juan Manuel Braza Benitez
Autor de la música: Juan Manuel Braza Benitez
Director: Juan Carlos Moreno Garcia
Localidad: Cádiz

PRELIMINARES
Curitas y beatas. De por medio, el confesionario. Un tipo al que se puede sacar mucho partido. «En Cádiz se reza cantando» Pasodoble de pellizco: «Mi pecado capital sería renegar de este paraíso donde me han parido». En la segunda letra, dan la absolución a un hombre honrado que roba para dar de comer a sus hijos. Los cuplés, más bien cortitos. El primero, a los fallos de memoria del rey, aunque si le preguntas algo, Juan Carlos cae. Cameo del cuarteto ‘Los polivalentes’ para rematar el segundo cuplé con uno de los lemas de este concurso: «¡Magnífico, magnífico!» La gente se divierte con el popurrí, más por el carisma de los chirigoteros y lo frenético de su desarrollo que por contener cuartetas realmente reseñables. Gritos de «chirigota, chirigota».
Puntuación ***

CUARTOS DE FINAL
Un cura que se ve obligado a dejar el sacerdocio por haberse enamorado protagoniza el primer pasodoble. El pecador sin redención posible en la segunda letra es un director de banco, que vendió su alma al diablo por dinero. El Sheriff ha vuelto a crear una gran música de pasodoble. El grupo lo borda en la interpretación. Exorcismo para Abelina, la beata interpretada por el Lulu, en el primer cuplé, que resulta que tenía dentro al demonio de Bienvenido: «malo, malo, malo». En el segundo, el que se tiró desde la estratosfera se sorprende al toparse por el camino con un rumano que le quería limpiar el cristal del casco. No son gran cosa ninguno de los dos, pero la gente se divierte con los ademanes del Lulu. Cuando lo más celebrado de un popurrí es el bailecito del ‘Gangnam Style’ es que tampoco debe andar la cosa muy sobrada de contenido cómico.
Puntuación **

SEMIFINALES
Primer pasodoble a los jubilados y su aportación a la lucha contra la crisis. Encienden las luces del patio de butacas para dedicar su segunda copla al aficionado sincero, sin predilecciones, sin fanatismos, que les da su cariño. El público les premia el gesto con una prolongada ovación. El primer cuplé, aparte de que se lo sabían regular, es el chiste del cura, la vieja y el cuerpo de cristo. Trivial del carnaval en el segundo, en que las beatas no saben quién es el pregonero. Una tanda de cuplés que solo salva la interacción entre Sheriff y Lulu. Pero eso no puntúa. ¿O sí? Popurrí frenético que contagia buen rollo.

Puntuación **

Vicente González