Se acabó el cuento

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Se acabó el cuento

Autor letra Antonio Martín y José Guerrero
Autor música Antonio Martín
Localidad Cádiz
En 2011 Las locuras de Martin Burton

PASO POR PRELIMINARES

Puntuación: ***

Con un complicado tipo alegórico sobre la Constitución se presentó un año más Antonio Martín, sin aparente evolución, pero revolucionando a la afición con sus cosas de siempre. La misma rabia en la presentación, el mismo grupo sin tacha, las mismas ideas nobles, la misma respuesta del público. Musicalmente, se supera Martín con un pasodoble como la catedral del forillo. Sin embargo, vuelve a arrojar su incuestionable talento poético por sendas ya recorridas, cantándose de nuevo a sí mismo y tratando por tercera vez el tema de Marta del Castillo. Los cuplés, a Urdangarín y a la Petróleo, no cumplen con las expectativas creadas. Levantada general tras el popurrí.

PASO POR CUARTOS DE FINAL

Puntuación: ****

En esta ocasión, Martín sí tenía cosas interesantes que decir. Y las dijo con un estilo sencillo y directo, alejándose en su crudeza de retruécanos que pudiesen complicar el calado de su mensaje. En la primera letraquedan retratados los dirigentes locales al hilo del desalojo de Valcárcel y la intervención policial en la UCA: «con doscientos mil parados no hay por qué indignarse». En la segunda, los que catan son los gobernantes de la nación y la monarquía, «que unos mueren sin vivir y otros viven como reyes». Siguió sin llegar la genialidad del Yuyu en los cuplés, a la Duquesa y a un robot de cocina, solo simpáticos. No lucieron todas las voces como el primer día. // Vicente González

PASO POR SEMIFINALES

Puntuación: ***

El maestro Martín vino a concursar con dos pasodobles un poco de pan y circo. La primera letra intenta apelar a lo visceral con un discurso tan agresivo como poco elaborado: «A la mierda con los catalanes que insultan. Y a la mierda Cataluña si defiende a ese cabrón. Ya está bien, no hagas que me acuerde de tu madre. El andaluz hay que mamarlo». El segundo mensaje que quiso dejar el autor es su gaditanismo y su viñismo (le faltó su sanvicentismo), más allá de toda cuestión, incluida la pérdida de posibles contratos: «Viva la que me parió gaditano, gaditano». En el primer cuplé, el champú de caballo ha conseguido que tengan el cayetano como los ponis de la feria. En el segundo, los recortes en sanidad llevan a los enfermeros a pedirle una cucharilla para el descafeinado a los pacientes con azúcar. Tras el popurrí, el coliseo gaditano se rindió a los gladiadores de don Antonio. // Vicente González